Una reunión entre el consejo gremial y el presidente Gustavo Petro, se registró en la Casa de Nariño, en la cual se abordó la hoja de ruta que tendrá el gobierno del Pacto Histórico para el desarrollo del país y la participación de los empresarios en la construcción de la producción en el país. Tras finalizar el encuentro de alto nivel con los empresarios, Jaime Alberto Cabal, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) y del Consejo Gremial, señaló que el objetivo que tiene el jefe de Estado es lograr la construcción de un texto concertado para que sea presentado en 2023 y no este año.
“Quedamos en ese sentido hacer un proceso de concertación en el seno de la comisión de concertación laboral para que el año entrante se presente una reforma concertada y no una unilateral, en referencia a la reforma laboral, es decir, en este semestre no va la reforma laboral. Nos comunicó que el consejo de ministros había decidido aplazar hasta el semestre entrante una reforma laboral, que fuera concertada entre los empresarios, los sindicatos y el propio gobierno y la academia. Creemos que no se puede tener por un lado una reforma tributaria que impacte fuertemente al sector privado y al mismo tiempo tener iniciativas laborales como las que se han presentado que impactan también a empresas, como el comercio, el turismo los hoteles, los restaurantes y bares”, indicó Jaime Alberto Cabal.
En este sentido, dentro de la proyección que tiene el Gobierno nacional sobre la reforma laboral, uno de los aspectos que abordaría tiene que ver con la contratación por prestación de servicios, debido a las propuestas que ha lanzado la nueva ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, que se ha referido a ellos como parte de la precarización del trabajo, por lo cual, pondría el ojo en ellos en una eventual reforma laboral.
No obstante, en muchas circunstancias, las entidades públicas requieren este tipo de contratación, para la realización de trabajos que no necesitan personal de planta que labore permanentemente. Claramente, el problema ha sido la forma de utilizarlos, pues es sabido que hay entidades en las que un trabajador cumple horarios, está subordinado, lo llaman para asignarle tareas aún en el periodo cesante, al cual lo someten para volverle a dar el contrato de prestación de servicios y así, algunos llevan hasta 18 años en las mismas condiciones, lo que indica que su actividad no es transitoria, sino que es parte de una labor misional.
Una investigación que se presentó hace varios días, concluyó que el 57,6 % de las personas que derivan su ingreso de contratos por prestación de servicios aceptaría un trabajo como asalariado, lo que demuestra el alto grado de insatisfacción con esa modalidad de vinculación al mercado laboral.
Ahora bien, esta semana arrancan las discusiones de la reforma tributaria en el Congreso de la República y en Colombia no cesa el debate por la modificación de impuestos que propone este proyecto, que promete meterle la mano al bolsillo a las personas más adineradas con el fin de garantizar una redistribución equitativa de la riqueza.
En consecuencia, crea varios impuestos nuevos que buscan cuidar la salud de los colombianos, amplía la base gravable en el país y unifica el nivel de ingresos a partir del cual se debe tributar, esto último con el fin de simplificar los trámites frente al pago de impuestos. Finalmente, según el Ministerio de Hacienda, cumple su promesa de no tocar a la clase media. Mientras comienza el trámite de esta iniciativa en el legislativo, diversos gremios han hecho varias advertencias sobre los efectos que tendrá en caso de ser aprobada.
