Por:
JOSE EUSTACIO RIVERA MONTES |
En un acto quizás de desespero lanza sin ningún respaldo de bases una constituyente el presidente Gustavo Petro, sin buscar consensos, quizás buscando imponer a través del uso irracional del poder, un tufillo con miel de dictadura, desconociendo las cortes, el congreso y ahora endilgando a los medios de comunicación de enemigos del cambio.
La constitución política de 1991 tiene unas sólidas bases de pesos y contrapesos, tiene un control de cohesión institucional para salvaguardar la independencia de los poderes públicos y evitar el abuso de poder. Es referente internacional y para los grandes juristas catalogada como la carta magna mas completa e incluyente del mundo.
Hemos tenido a lo largo de los años desde su aprobación e implementación referendos, el plebiscito, la consulta anticorrupción entre otros mecanismos de participación ciudadana que nos han permitido vincular abiertamente propuestas para incluir dentro de actos administrativos de ley iniciativas que generan cambios a la base de la constitución sin caer en una engorrosa constituyente. Esperamos que esta iniciativa no sea un tiro al aire que solo genere zozobra o quizás un acto de desespero ante la negación del congreso de la república de las reformas propuestas por el gobierno.
Lo mas preocupante de esta inesperada propuesta es que no gira entorno a modernizarla como se ha venido haciendo en Chile, si no que busca crear nuevos derechos. La polémica reforma a la salud, la paz total, la reforma laboral, la reforma pensional, la reforma agraria entre otras que no son de poca monta, están engavetadas por la falta de liderazgo, Roy se fue y el consenso y la articulación se cayo, no hay ambiente en el congreso. El país entiende y los propios partidos y movimientos que hay que hacer unos cambios estructurales a temas que inciden en el desarrollo integral de nuestra política económica y social, pero bajo consensos y un acuerdo nacional que quiso liderar el gobierno iniciando su postulado.
Veo con enorme preocupación la amenaza que no solo vive el congreso si no todos los poderes públicos, en referencia una corte constitucional que ha cumplido rigurosamente su trabajo, por ejemplo, al revocar normas constitucionales impulsadas por el gobierno. También la corte suprema de justicia, la JEP y misma procuraduría por no haber cedido a presiones.
Lo peligroso y preocupante aquí es la conformación de una asamblea constituyente, de llegar a coger cuerpo la propuesta de Petro, es muy riesgoso por la gran polarización que vive el país, muchos de ellos sectores muy radicales de llegar hacer parte del proceso, en Chile por ejemplo de extrema izquierda y de extrema derecha, que terminaron promulgando una constitución radical y ortodoxa, lejos de la ponderación y equilibrio de la constitución de 1991.
La constituyente genera caos no solo política si no también a la política económica que se ha venido consolidando. El país necesita cambios, en eso coincidimos muchos sectores, pero no bajo una constituyente, el presidente esta llamado a convocar una gran mesa de dialogo para encontrar puntos de equilibrio y buscar el mejor camino para Colombia sin poner en riesgo la estabilidad imperfecta que vivimos desde la consolidación de constitución política de 1991.