Las circunstancias por las que está atravesando el país, hacen indispensable la búsqueda de un respaldo amplio y generoso para el gobierno del presidente Gustavo Petro Urrego, a solo un mes y tres días de cumplirse los primeros dos años de su gestión presidencial. Desafortunadamente el balance de algunas carteras ministeriales ha sido baja y deficiente. En medio de la más profunda polarización política, por la forma arrogante y soberbia como ha manejado las relaciones de Estado, han generado y consolidado una férrea oposición a su desempeño gubernamental, que lo ha catapultado como una de las administraciones más negligentes, incapaces y duramente cuestionadas por la opinión pública, por su actuar administrativo discriminatorio, impregnado de sesgos ideológicos y, que se ha caracterizado por los más grandes escándalos de corrupción, y con una laxitud para contrarrestar la creciente oleada del accionar narcoterrorista, que tiene en vilo el bienestar de las familias colombianas y el sector productivo del país.
Lo anterior va más allá de las expresiones fragmentadas de movimientos y tendencias políticas, que buscan consolidar la unión de sinergias para fortalecer la institucionalidad nacional, dados los hechos políticos y económicos que se han suscitado. Por este motivo, los relevos ministeriales que se han anunciado y los que están pendientes por confirmar, deben contribuir para oxigenar al gobierno nacional, que están atravesando un difícil momento en su gestión presidencial. Esta sería una gran oportunidad, que encuentra fundamento para continuar con la ejecución de los proyectos inversión que se encuentran inmersos en el Plan Nacional de Desarrollo “Colombia Potencia de la Vida”, que en la actualidad es muy baja, lo cual ha provocado una escalada sucesiva de protestas sociales por el reiterado incumplimiento de las promesas electorales y que tienen al gobierno nacional, en los más bajos indicadores de popularidad y de respaldo popular, en todas encuestas que realizan las empresas encuestadoras del país. El sábado comenzó oficialmente el remezón ministerial que anunció el presidente Gustavo Petro hace tres semanas en Suecia. En cuestión de cuatro días han sido tres los anuncios. Las carteras hasta ahora afectadas han sido Interior, Justicia y Agricultura. Y es que, las nuevas ministras, Ángela María Buitrago (Justicia) y Martha Carvajalino (Agricultura), pueden mirarse tanto desde una posible cercanía con el primer mandatario como su carácter técnico. Falta por definir el reemplazo de Luis Fernando Velazco.
Mientras el presidente Petro piensa en qué más cambios hacer, debería tomar la mejor característica de Velasco y de Osuna: personas conciliadoras, abiertas al diálogo, concentradas en aprobar las mejores reformas posibles. Es una buena ruta para los dos años de gobierno restantes. Quienes llegan a estos cargos, tienen la tarea de hallar una salida a la profunda crisis institucional que presenta el gobierno nacional, Deben terminar las improvisaciones. Deben saber que se agotó el margen para dar pasos en falso.