Amadeo González Triviño
Nos hemos ocupado de la obra del escritor Leonte Muñoz Perdomo, un huilense que nos ofrece una visión de la memoria histórica de su entorno en sus primeros años de vida y que los entrelaza con el ancestro familiar y de la región que lo vio crecer.
Su historia y la forma de evocar los recuerdos, nos llevan a cavilar sobre algunas consideraciones leídas en algunos textos, ensayos y crónicas sobre el papel que juega la literatura en la historia de los pueblos y la historia como síntesis formativa de esos pueblos que, como ciencia cierta, nos dejar ver la evolución social de los grupos humanos a lo largo de la existencia de la sociedad.
Hemos de advertir que mediante la narración literaria, se cuenta con la facultad de ficcionar la realidad, de encubrir con mucha fantasía o quizá solo sea ella, la descripción de hechos y circunstancia que saben combinarse entre la realidad y el mundo mágico de la idealidad, de los sueños, de las fantasías de su creador, y es cuando hemos de reconocer que a diferencia del historiador, el escritor en la literatura tiene la facultad y el poder de darle un contenido y un matiz diferente a los hechos, sin necesidad de apegarse a ellos, circunstancia que no cabe o no puede estar en manos del historiador, en la medida de que éste solamente se fundamenta en hecho ciertos, en personajes reales o en huellas y documentos históricos encargados de ser objeto de análisis en su momento, por los conocedores o sabedores de una determinada categoría del conocimiento social o político de una región.
El escritor divaga sobre hechos que pueden ser ciertos, y al divagar tiene la amplitud de especular sobre lo que considera que es vital y trascendente en su historia, los conjuga de tal manera que la temporalidad de los recuerdos puede entrelazarlos circunstancialmente de conformidad al papel que ha de cumplir sus personajes en la narración literaria propuesta, pero un papel muy diferente es el que le corresponde al historiador.
La obra de Muñoz Perdomo es eso, una secuencia novelada de algunos hechos históricos de nuestro entorno, de lo que es la zona de Guaitipan, el entorno de la zona conocida
como Ullumbe y conocida por los pueblos indígenas que la poblaron como Huanca Hayo y de las comunidades que se dieron a lo largo de muchos años de fortalecimiento de unas relaciones matrimoniales, de hombres de bien enclavados en el rígido mundo de la creación y de la construcción de sociedad, donde el amor de Valentín y de Jerónima, dan un marco romántico y trágico a una relación de pareja que al final de la obra se termina por erigirse como el epicentro de toda una vida dedicada al campo a trabajar por conseguir un pedazo de tierra, a la exploración del mundo que le rodea, y formar una familia, siendo “Al parecer, estos tres ideales configuraron la razón de ser, de los hombres y de las mujeres que poblaron las comarcas del Sur del Huila”, a decir de Esmir Garcés Q.
Esta serie de circunstancias hacen parte entonces de lo que podemos llamar, otras voces que se unen, que se van entrecruzando en la novela, para darnos el contenido final de lo que termina por ser esa secuencia de hechos históricos novelados y que se llama por el autor como una forma de “Renacer entre recuerdos”.
Dice el mismo Esmir Garcés: “Las novelas están escritas desde la memoria y las palabras, estas dos visiones podrían ser las cerillas que prenden la imaginación, el fuego que sostiene el lenguaje”.
Quién no quiere contar su historia. Quién no se aferra a las humillaciones de la existencia o de los momentos fugaces de eternidad para labrar o construir sus memorias, a quién no le parece interesante conocer otras historias y quizá allá en su papel íntimo de lector, reencontrarse consigo mismo, saber que hay otras historias que se suman a la suya misma y que le dan aíre, luz y vida, para seguir siendo un imaginario que torna como parte de la historicidad de los pueblos mismos.
Esta invitación a leer, como una constante del ser humano, como un camino hacia la consolidación de nuestra propia identidad y definir en ciertos momentos, el paso trascendente entre la literatura y la historia, hacen parte de la convocatoria que hoy nos hace surgir el maestro Leonte Muñoz Perdomo con su obra: “Renacer entre recuerdos”.