Por: Danilo Arboleda
Antes que nada es importante reconocer y valorar la auditoría del alcalde de los neivanos al plan de alimentación escolar, que se llevó a cabo en un colegio público de la ciudad, en donde cuestiona al contratista por la entrega de los alimentos, no solo en cantidad, sino en calidad, fallas en el almacenamiento de alimentos frescos, manipuladores de alimentos contratados sin el lleno de requisitos de ley, comprometiendo a las directivas del colegio con la supervisión y entrega oportuna y de calidad con el plan de alimentación, advirtiendo a los administradores del contrato que las irregularidades se darán a conocer a los entes de control respectivos.
Demuestra su compromiso con el bienestar de los estudiantes y su responsabilidad con el desarrollo de políticas públicas que promueven la nutrición y el acceso equitativo a la alimentación.
Cambiando de tema, pero referente también a la administración municipal, se deben encender las alarmas en cuanto a la recuperación de los espacios públicos, como parques, polideportivos y sitios emblemáticos de la ciudad, entre otros, ya que son áreas que ha ganado la delincuencia y los consumidores de sustancias alucinógenas, convirtiéndolos en lugares desagradables, sucios, inseguros, con escasa o nula iluminación; caldo de cultivo para la inseguridad ciudadana y espacios usados por esta población vulnerable como baños públicos proyectando pésimo aspecto a habitantes y visitantes de la capital del río Magdalena.
La cultura ciudadana es otro aspecto por mejorar, debemos tener sentido de pertenencia con la ciudad, y hago referencia a una de las avenidas más transitadas de Neiva. La avenida circunvalar, desde su inicio hasta que se une con la glorieta de la Madre Tierra y continúa con la avenida Inés García de Duran. Se presenta como un trayecto pintoresco en donde encontramos vendedores de pescado, restaurantes, vendedores de plátano, ciudadanos en condición de calle, contrastando con el Mohán y el monumento a la Gaitana.
Es tal el abandono de la obra arquitectónica y urbanística de la avenida Inés García de Duran que en vez de ser un orgullo regional para los huilenses; pues trata de mostrar su cultura, folclor, raíces autóctonas y tradición, representadas en las esculturas de los 8 pasos del San Juanero Huilense; nos muestra todo lo contrario, una vergüenza, espacios sin mantenimiento, ornato y aseo, las esculturas se encuentran destruidas y vandalizadas por los amigos de lo ajeno, alumbrado defectuoso y nuevamente espacio cedido a la delincuencia. Da terror circular en las noches por ese paraje.
Por tal motivo quiero convocar a una articulación interinstitucional entre alcaldía municipal, novena Brigada del Ejército, Policía metropolitana de Neiva, veteranos y reservistas de la fuerza pública, medios de comunicación y demás organizaciones que se quieran sumar a la iniciativa, a recuperar los espacios cedidos a la delincuencia por permisividad y corrupción de gobiernos anteriores. Pongámonos la camiseta por Neiva. ¡Palabra de espartano!
