Por: Luis Alfonso Albarracín Palomino
Desplazarse de un lugar a otro en la ciudad de Neiva, se ha convertido en una verdadera tortura, por la lentitud del desplazamiento y por la indisciplina social que reina entre los vehículos de servicio público, algunos particulares y las motos que no respetan las normas de tránsito, cuando circulan por la ciudad. Los accidentes de tránsito en la ciudad de Neiva se han venido incrementándose de forma alarmante durante el presente año, y las infracciones de tránsito que cometen los conductores se han aumentado también durante este periodo.
Las autoridades expresan que se debe reconocer que no es sólo por desconocimiento, sino porque hay omisión, es decir, la irresponsabilidad de los conductores que conociendo las señales de tránsito arriesgan sus vidas, quebrantándolas. En cuanto a otros factores que desembocan en la accidentalidad, son la permisividad con la ilegalidad; si crece la accidentalidad en la que están involucradas las motos, es evidente que hay una correlación con el número de vehículos rodando. A la presente administración municipal, que lidera Gorky Muñoz Calderón, le han estallado estos mega problemas por la improvisación, deficiente planeación y escasa prospectiva de ciudad, que tuvieron los anteriores mandatarios locales, porque nunca proyectaron las suficientes avenidas para facilitar el flujo vehicular en su momento histórico, cuando les tocó regir los destinos de la ciudad de Neiva.
Nunca dimensionaron el crecimiento demográfico de la ciudad en el diseño de las vías. Ésta si es una verdadera miopía, porque que nunca visualizaron la transformación que iba a tener la ciudad, en las siguientes décadas. Inclusive la contratación de algunas obras, dejan mucho que desear por su mala calidad porque cada nada, aparecen nuevos huecos y las vías se van deteriorando en forma lenta, por el alto flujo vehicular y los fenómenos climatológicos. Debemos insistir en la implementación de una movilidad sostenible y segura, lo cual está bien.
De los cambios que esperan los neivanos en el futuro, es el de la movilidad que será una temática más profunda que debemos abordar. Hay que volver a estructurar soluciones en el corto, mediano y largo plazo, sobre ésta, cuantas veces sea necesario. Nunca la creatividad y la cultura habrán de resultar tan necesarias como hoy para diseñar una movilidad que genere confianza en la gente y beneficios a la ciudad. Para decirlo sin preámbulos: estamos en un momento excepcional para arriesgar y dar un salto importante en esta materia.
Pero hay una en particular que merece un análisis más cuidadoso: la forma como nos movilizamos en nuestras ciudades. Ya sea por asuntos de salud, por la misma aglomeración que subyace en torno al uso del transporte público o por las horas en que se congrega el grueso de la población, será necesario adoptar nuevos comportamientos y una nueva cultura del desplazamiento. Movilidad es, junto con la seguridad, el asunto más complejo que debe enfrentar el primer mandatario de los neivanos.