Hay que reconocerle el esfuerzo de la Fuerza Pública y del ejército nacional, que a pesar de haber sufrido un proceso de debilitamiento progresivo por parte del gobierno nacional, durante los últimos 20 meses, han logrado gracia a la valentía y a su esfuerzo, dar resultados positivos, para contrarrestar el accionar narcoterrorista de las organizaciones subversivas, que se han apoderado del territorio huilense para extorsionar a todos los agentes económicos de la región. Así los aúlicos del presidente Gustavo Petro Urrego, digan lo contrario, nuestra región está viviendo momentos muy difíciles por la creciente inseguridad y por la presión estos sectores delincuenciales, que tienen amenazada seriamente el bienestar de las familias huilenses y los empresarios de la región surcolombiana.
Pero, el permanente clamor gremial y de las fuerzas productivas del departamento ante las instancias nacionales, lograron que por fin el aparato armado del Estado, empezaran a estructurar estrategias para contrarrestar el avance de estas organizaciones que provocaron 14 actos terroristas en los establecimientos comerciales en la capital del departamento y otros municipios durante los últimos dos meses. Los organismos de inteligencia han detenido a 10 integrantes responsables de este actuar delincuencial. Esperamos que los jueces que atienden estos casos, no vayan a soltarlos como han ocurrido en situaciones similares en otras regiones del país. Ha sido un proceso riguroso de investigación de la fuerza pública y de las fuerzas militares, que lograron estos importantes resultados. Desde esta tribuna de opinión, le hacemos un reconocimiento por esta ardua tarea, que debe seguir fortaleciéndose con el apoyo de la ciudadanía en general.
En todo el país, la situación de orden público se encuentra desbordada, ante la arremetida de los grupos criminales que han venido siendo ponderados por el gobierno nacional y que, con el sofisma de distracción, nos han querido vender a la sociedad colombiana la propuesta que se está implementando una política pública de la paz total, pero que hasta el momento ha sido un fracaso total. El accionar gubernamental ha sido totalmente errado, porque los diálogos y los ceses bilaterales de fuego con estas organizaciones narcoterroristas, solo han servido para se sigan fortalecimiento militarmente. Se ha multiplicado el reclutamiento de menores de edad, se ha incrementado exponencialmente la extorsión, junto con los ataques a los integrantes de la Fuerza Pública y del Ejército Colombiano, asesinándolos a mansalva, ataques terroristas a las guarniciones militares. No existen mensajes presidenciales de solidaridad por estos hechos. Pero si se divulgan trinos presidenciales lamentando las bajas de los miembros de los guerrilleros como ha ocurrido en otrora. La población civil se encuentra inerme en medio de esa verborrea barata que expresa en los diferentes escenarios, donde tiene la oportunidad de emitir sus discursos revanchistas, llenos de odio, sesgos ideológicos y de rechazo al sector productivo del país.
