El presidente Gustavo Petro recibió una pieza fotográfica inédita de Salvador Allende, expresidente de Chile, que será exhibida en la galería de la Casa de Nariño.
La fotografía, que mide 50×70 cm, fue tomada por el fotógrafo uruguayo Naúl Ojeda y representa un testimonio gráfico del antes y después del golpe militar que derrocó a Allende en 1973.
La entrega de la imagen es un acto simbólico por parte del pueblo chileno hacia Colombia, en agradecimiento por el apoyo que el país brindó a los exiliados que huyeron de la dictadura chilena. La fotografía fue donada por la Fundación Salvador Allende, que transfirió los derechos al Gobierno de Colombia.
La ceremonia, que coincide con los 50 años del golpe de Estado, contó también con la entrega de un ejemplar del libro Solidaridad, una recopilación de más de 120 afiches publicados en 23 países en apoyo a los perseguidos por el régimen militar en Chile. La embajadora de Chile en Colombia, María Inés Ruz Zañartu, fue la encargada de entregar la obra, que fue elaborada por la División de las Culturas, las Artes, el Patrimonio y Diplomacia Pública del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, en colaboración con el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.
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En retribución, el presidente Petro entregó una réplica en miniatura de la Paloma de la Paz a la embajadora chilena.
La fotografía de Allende es parte del trabajo gráfico de Naúl Ojeda, quien capturó imágenes clave durante los últimos momentos de la presidencia de Salvador Allende. Según el informe titulado Retrata Naúl Ojeda triunfo y tragedia de Allende, publicado por la revista Reforma, muchas de las fotos de Ojeda fueron confiscadas por la dictadura militar que derrocó al presidente chileno.
Uno de los registros más impactantes de Ojeda ocurrió el 29 de junio de 1973, durante «El Tanquetazo», cuando captó la muerte de su colega y amigo, el periodista sueco Leonard Henrichsen, a manos de militares. Más tarde, el 11 de septiembre, Ojeda estuvo presente frente al Palacio de La Moneda y logró asistir a la primera conferencia de prensa de la junta militar gracias a una antigua credencial de prensa uruguaya.
Después de esa cobertura, Ojeda tuvo que huir de Chile debido a la amenaza inminente sobre su vida, dejando atrás gran parte de su trabajo fotográfico. En una historia de valentía y riesgo, su novia Lois Athey logró sacar los rollos fotográficos del país escondidos en una cafetera, preservando así un registro invaluable de la historia chilena.
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