Por: Felipe Rodríguez Espinel
Nuevamente la radicación del proyecto de reforma a la salud por parte del Gobierno Nacional marca un hito en la historia del sistema de salud colombiano. Esta propuesta, que busca reestructurar de manera significativa el modelo actual, genera tanto expectativas como grandes preocupaciones en diversos sectores de la sociedad.
El proyecto plantea cambios fundamentales, como la creación de 112 subregiones para la implementación de políticas de salud, la transformación de las EPS en Gestoras de Salud y Vida, y el fortalecimiento de la Adres como pagador único del sistema. Estas medidas, en teoría, buscan mejorar la eficiencia y la cobertura del sistema de salud. Sin embargo, el camino hacia su implementación está lleno de desafíos y dudas.
Uno de los aspectos más preocupantes es el aval fiscal condicionado otorgado por el Ministerio de Hacienda. La condición de que el sistema esté a paz y salvo al final de 2024 parece, en el mejor de los casos, optimista, y en el peor, irrealista. Con un déficit proyectado de $5,3 billones solo en aseguramiento para 2024, surge la pregunta: ¿cómo se logrará este objetivo sin comprometer la calidad y la cobertura de los servicios de salud?
La proyección de gastos realizada por el Ministerio de Hacienda, también genera inquietudes. ¿Son estas cifras realistas considerando el creciente costo de la atención en salud y el envejecimiento de la población? Además, el proyecto no aborda claramente cómo se contendrá el gasto en salud a futuro.
La transformación de las EPS en Gestoras de Salud y Vida es otro punto crítico. Aunque se les da un plazo de dos años para esta transición, el proceso de saneamiento de pasivos y la adaptación a nuevas funciones podrían resultar en un periodo de inestabilidad en el sistema. La remuneración propuesta del 5% del valor de la UPC para estas entidades también merece un análisis detallado para asegurar su viabilidad financiera.
El fortalecimiento de la Adres como pagador único del sistema es una medida que podría mejorar la eficiencia en el flujo de recursos. Sin embargo, esto implicará desafíos operativos significativos para la entidad. Es importante destacar que esta reforma se propone en un contexto donde Colombia ha logrado importantes avances en cobertura de salud. Sin embargo, persisten desafíos en términos de calidad y acceso efectivo a los servicios, especialmente en zonas rurales y para poblaciones vulnerables.
Mientras que la reforma propuesta busca abordar problemas estructurales del sistema de salud, su implementación exitosa dependerá de una cuidadosa planificación financiera, una transición gradual y bien gestionada, y un compromiso sostenido de todos los actores involucrados. Es determinante que en los debates venideros en el Congreso se aborden de manera transparente y rigurosa las preocupaciones planteadas por expertos y se busquen soluciones que garanticen la sostenibilidad financiera del sistema sin comprometer la calidad y el acceso a los servicios de salud para todos los colombianos. “el camino hacia un sistema de salud más equitativo y eficiente es largo y complejo”.
