Rivera se manifestó en contra de la orden de cierre de termales. Luego de la decisión del Tribunal Administrativo del Huila de ordenar, mediante fallo en primera instancia, el cierre definitivo de las termales en el municipio de Rivera, cerca de 100 personas se manifestaron fuera del Palacio de Justicia de Neiva.
DIARIO DEL HUILA, CONTEXTO
Por: Gustavo Patiño
Rivera se manifestó en contra de la orden de cierre de termales. Este lunes, al menos 100 personas se concentraron frente al Palacio de Justicia de Neiva en un plantón organizado por la comunidad de Rivera, Huila, para rechazar la inminente decisión del Tribunal Administrativo del Huila de ordenar el cierre de las reconocidas Termales de Rivera. La medida ha generado un gran malestar entre los habitantes del municipio, quienes temen que la clausura de las termales provoque el colapso de la economía local, dependiente en gran parte del turismo asociado a esto balnearios naturales.
El fallo del Tribunal, basado en riesgos ambientales y la posibilidad de deslizamientos, ha puesto en jaque la actividad económica de Rivera. Tanto empresarios como ciudadanos aseguran que el cierre sería un golpe devastador para el turismo y las pequeñas empresas locales, muchas de las cuales dependen directamente de los visitantes que acuden a disfrutar de las aguas termales.
El sustento de miles de personas
Entre los asistentes al plantón se encontraban propietarios de negocios, empleados, trabajadores informales, y usuarios de las termales. Freddy Ernesto Tovar Montenegro, uno de los líderes de la protesta y usuario habitual de las termales, expresó con claridad el sentir colectivo. «Le hicimos la invitación a toda la comunidad riverense, a los empresarios, a los empleados, a los formales e informales, a los que usamos las termales, nosotros representamos el sentir y el imaginario colectivo que está diciendo no al cierre de termales». Para Tovar Montenegro, la movilización no se trata solo de una oposición a la decisión del Tribunal, sino de una defensa del sustento de miles de personas que dependen directa o indirectamente del termalismo en Rivera.
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El empresario local y gerente del Hotel Campestre Maná, John Freddy Puentes, ubicado a pocos metros de las termales, también manifestó su preocupación por el impacto económico que tendrá el cierre. «El cierre es inminente, nos dice nuestro abogado defensor, el doctor William Alvis, que el fallo está para consolidarse esta semana, lo que quiere decir que antes del fin de semana podrían estar cerradas las termales», señaló Puentes, quien explicó que su hotel recibe entre 300 y 400 visitantes al mes, muchos de ellos provenientes de otros departamentos como Antioquia, Cundinamarca y el Valle del Cauca. «Prácticamente sería la muerte de una actividad económica de Rivera», afirmó, aludiendo a la dependencia que tiene el municipio del turismo.
Profundo impacto económico
Las declaraciones de Puentes y Tovar Montenegro coinciden en resaltar el profundo impacto económico que tendrá el cierre de las termales. Según Tovar Montenegro, la noticia del fallo judicial ya ha generado una reducción drástica en las visitas turísticas, lo que se ha traducido en una pérdida de ingresos del 80% en el sector: «Ya pudimos constatar que en esta semana inicial y en esta segunda semana el impacto ha sido de más del 80% de ausencia de visitas, una debacle del 80% de ingresos que dejaron de percibir en el sector turismo en Rivera», declaró.
Este impacto económico no se limita solo a hoteles y restaurantes. Tovar Montenegro, quien también forma parte de una asociación que comercializa productos derivados de la cholupa, un fruto típico de la región, explicó que las pequeñas empresas locales también se verán afectadas: “Los negocios que dependen del turismo, como cafeterías, heladerías y puestos de venta de productos locales, van a desaparecer si cierran las termales”.
Gran parte de la comunidad en Rivera depende principalmente del turismo termal. Además de los hoteles, existen hostales, restaurantes y pequeños comercios que han nacido y prosperado gracias a la afluencia de turistas atraídos por las aguas termales. La medida del cierre, advierten los manifestantes, podría significar la desaparición de este modelo económico que sostiene a cientos de familias en el municipio.
Evitar desastres
El fallo del Tribunal Administrativo del Huila tiene su origen en una inundación ocurrida hace 14 años que afectó la zona de las termales. Desde entonces, diversas instituciones, entre ellas la Procuraduría, habían señalado la necesidad de tomar medidas para evitar desastres futuros debido al alto riesgo de deslizamientos en la zona.
El Tribunal determinó que el cierre de las termales es necesario para prevenir una catástrofe ambiental y proteger a la población. Argumenta que, debido a la inestabilidad del terreno, existe una amenaza latente de deslizamiento, agravada por las condiciones sísmicas de la región. En un contexto de alta vulnerabilidad ambiental, la operación de las termales es vista como insostenible si no se toman medidas adecuadas para mitigar el riesgo.
Freddy Ernesto Tovar Montenegro, sin embargo, cuestionó esta lógica al señalar que muchas termales en Colombia y en el mundo se encuentran en zonas de riesgo natural. «Todas las termales de Colombia, casi todas las termales del mundo están en zonas de ladera ¿la salida es cerrar termales? ¿La salida es acabar con el renglón de la economía que oferta la operación del termalismo?», cuastionó.
Tovar Montenegro propuso que, en lugar de optar por una medida extrema como el cierre, se adopten medidas de mitigación y prevención, como lo han hecho en otros destinos termales del país, tales como Paipa, en Boyacá, y Santa Rosa de Cabal, en Risaralda. “Se deben tomar medidas de mitigación, medidas de compensación. Todas las actividades humanas generan impactos ambientales, pero también existen formas de regular y compensar esos impactos sin destruir la actividad económica”, argumentó.
Un problema de más de 10 años
La situación de riesgo en la zona de las termales no es nueva. Desde hace más de una década, la Procuraduría ha advertido sobre el peligro de deslizamientos en la región, especialmente después de la inundación que afectó a la zona hace 14 años. En su momento, las autoridades locales no tomaron las medidas necesarias para mitigar el riesgo, lo que ha llevado a que la situación se agrave con el tiempo.
El terreno en el que se encuentran las termales está ubicado en una zona de alta pendiente, lo que lo hace propenso a deslizamientos, especialmente durante la temporada de lluvias. Sumado a esto, el área se encuentra en una región con actividad sísmica, lo que incrementa aún más el riesgo.
La Procuraduría había solicitado en varias ocasiones la intervención de las autoridades locales y departamentales para abordar el problema, pero hasta ahora no se había tomado ninguna medida concreta. El fallo del Tribunal, aunque drástico, busca evitar una tragedia como la ocurrida en otras regiones del país afectadas por deslizamientos.
La decisión podría ser irreversible
A pesar de la movilización ciudadana y los recursos legales que se han interpuesto, analistas señalan que la decisión del Tribunal Administrativo del Huila parece irreversible. Una de las razones es que, en el recurso de apelación presentado por la Alcaldía de Rivera, no se solicitó la anulación del fallo, sino la vinculación del Departamento del Huila y la Nación en la ejecución de lo ordenado por el Tribunal. Esto sugiere que, más allá de buscar revertir la medida, las autoridades locales se están preparando para cumplir con lo dispuesto en el fallo.
La comunidad, por su parte, sigue esperando una respuesta favorable que permita preservar las termales y, con ellas, el sustento de cientos de familias. Freddy Ernesto Tovar Montenegro expresó su preocupación por lo que considera una «muerte anunciada» del sector turístico de Rivera: «Si el fallo entra en firme, podríamos, a partir del próximo fin de semana, no tener termalismo en Rivera, lo que significa una debacle, una muerte anunciada del sector turismo».
Para muchos, el cierre de las termales sería el fin de una tradición que ha dado vida a Rivera durante décadas, y aunque se están explorando alternativas legales, la comunidad riverense enfrenta la posibilidad de perder su principal motor económico.