El avance de la violencia en algunas regiones del país se ha convertido en el mayor desafío del
gobierno nacional para contrarrestar los actos narcoterroristas que están cometiendo los grupos
subversivos que hacen presencia en las zonas donde se han venido presentando estas acciones que
están afectando a las familias colombianas. Muerte, desolación, lesionados, destrucción de
establecimientos educativos, puestos de salud, locales comerciales e infraestructura productiva, son
las manifestaciones que actualmente presenta el país, donde se han vuelto a revivir las épocas
tenebrosas ocurridas desde hace más de cinco lustros. Además, desde que asumió su mandato el año
anterior, empezaron a estructurar estrategias para debilitar progresivamente a las fuerzas militares
y a la fuerza pública, errores que le han salido muy costosos al ejecutivo, al ofrecerles dádivas,
pensando en la buena fe de estos guerrilleros, que no respetan pactos, ni compromisos en la búsqueda
de la reconciliación nacional.
Actualmente los integrantes del aparato armado del Estado colombiano se encuentran muy
limitados por las directrices emanadas desde la casa de Nariño, donde se sienten desprotegidos y
desanimados para poder cumplir con su misión de salvaguardar la seguridad nacional, así no lo
quieran reconocer el alto gobierno y que la opinión pública está en desacuerdo con su accionar
gubernamental. A pesar de la sana intencionalidad gubernamental, en la búsqueda de la paz total, que
hasta el momento ha sido un fracaso, porque no se están negociando con los angelitos de la guarda.
Pero lo que, si ha dejado desconcertado al país, son las expresiones desafortunadas de la
vicepresidente de Colombia Francia Márquez, de regañar a las Fuerzas Armadas, cuando se refirió a
los hechos de violencia ocurridos recientemente en los departamentos de Nariño, Cauca y Valle.
En la tarde de este sábado 23 de septiembre, la vicepresidenta, hizo un fuerte llamado de atención a
las Fuerzas Armadas desde Santander de Quilichao. Esto a propósito de la situación de inseguridad
que se está presentando en estos departamentos. Totalmente descontextualizada y absurdas son las
expresiones del segundo cargo administrativo de la Nación. Si el mismo gobierno debilita al aparato
armado nacional, como le exige de manera irresponsable a sus integrantes resultados. Medidas como
prohibir los bombardeos a estas organizaciones subversivas, con el sofisma de distracción de que los
pilotos deben seguramente bajar a pedirles la cédula de ciudadanía, porque puede haber presencia de
menores de edad. Todos sabemos esta estrategia militar, fue la que mejores resultados les brindó a
todos los anteriores gobernantes para combatir y diezmar a estas organizaciones subversivas.
A pesar del inicio de los diálogos con estos subversivos, el gobierno nacional no puede bajar la
guardia. Deben estar siempre a la ofensiva y tener el control. No se les puede entregar territorios para
que continúen su fortalecimiento militar. Ahí tienen las consecuencias.