Ecopetrol está buscando, de manera concertada y a través del diálogo, alcanzar un acuerdo con la comunidad de la vereda San Jorge, ubicada en la zona rural de Neiva. Esta comunidad ha tomado la medida de bloquear el acceso a los campos petroleros en la región, alzando su voz en demanda de su derecho fundamental al acceso al agua potable.
Diario del Huila, Panorama
La vereda San Jorge, una comunidad rural en el municipio de Neiva, Huila, ha decidido tomar medidas drásticas para llamar la atención sobre una crisis que ha durado demasiado tiempo. Cansados de sufrir la falta de acceso a uno de los recursos vitales más importantes: el agua, los habitantes de esta zona han bloqueado el ingreso a los campos de Ecopetrol, incluyendo la Planta de Gas Dina, el Campo Palogrande y la Planta de Inyección de Agua Cebú. Esta acción ha generado preocupación tanto para la empresa petrolera como para la comunidad en sí.
Ecopetrol, la compañía estatal petrolera, ha expresado su profunda inquietud por la situación que se ha prolongado por siete días. La empresa ha emitido un llamado a la comunidad de San Jorge para que levante los bloqueos y se inicie un diálogo constructivo que aborde sus inquietudes. Según Ecopetrol, esta situación no solo pone en peligro la operación de la empresa, sino que también representa un riesgo para la seguridad de las personas y el medio ambiente.
La falta de acceso a los campos de Ecopetrol ha impedido la movilización de personal, vehículos y equipos de mantenimiento de la operación, lo que ha llevado a la empresa a enfrentar desafíos importantes. Cambios de turno, mantenimiento de campos, y evacuación de Gas Licuado de Petróleo se han visto seriamente afectados, lo que podría tener graves consecuencias en caso de incidentes.
Además de las consecuencias para la operación de Ecopetrol, la comunidad ha experimentado un impacto directo en su suministro de Gas Licuado de Petróleo (GLP). Esto ha afectado la prestación de servicios a comunidades en varios municipios, incluyendo Villa Garzón y Puerto Asís en Putumayo, Florencia en Caquetá, Flandes en Tolima, Nariño y Pitalito en Huila. Además, algunas empresas contratistas se han visto obligadas a suspender contratos laborales, lo que afecta los derechos al trabajo de 21 personas.
Ecopetrol ha enfatizado su compromiso con la legislación colombiana y la contratación de mano de obra local. En el departamento del Huila, la empresa genera 1.479 puestos de trabajo a través de sus contratistas, y el 96.4% de ellos corresponden a mano de obra local, lo que equivale a 1.427 personas.
La comunidad
Por otro lado, los manifestantes de San Jorge afirman que su protesta es pacífica y que llevan 18 años luchando por algo que consideran fundamental: el acceso al agua potable. Gabriel Sierra, presidente de la Junta de Acción Comunal de San Jorge, expresó su preocupación: «Hoy la vereda San Jorge se encuentra haciendo una protesta pacífica, porque desde hace 18 años no contamos con el recurso fundamental y vital como lo es el agua para la salud de nosotros y de toda la comunidad».
Sierra continuó explicando la difícil situación de la comunidad, «Tenemos solo aljibes artesanales, hechos por la propia comunidad, y a los 30 metros tenemos los pozos sépticos. No contamos con agua para el consumo, tenemos niños, personas de la tercera edad enfermas. En su momento, nos han dicho que tenían un proyecto que permitiría solucionar la crisis que estamos viviendo, pero han pasado cuatro años y seguimos en las mismas».
Esta crisis del agua ha llevado a la comunidad a tomar medidas extremas, bloqueando el acceso a los campos de Ecopetrol como un último recurso para atraer la atención a su difícil situación. Esperan que esta protesta genere un diálogo significativo con la empresa y las autoridades locales que finalmente aborde su problema de falta de acceso al agua potable.
Las autoridades locales están trabajando para mediar en la situación y buscar una solución que beneficie a ambas partes. Mientras tanto, la comunidad de San Jorge espera que su protesta logre el cambio que tanto necesitan: un acceso confiable al agua potable que garantice la salud y el bienestar de todos sus residentes. La situación sigue siendo incierta, y la resolución pacífica y el diálogo abierto parecen ser las únicas vías para resolver este conflicto en curso.
La falta de acceso al agua también ha afectado la capacidad de la comunidad para llevar a cabo actividades esenciales como la higiene personal y la preparación de alimentos. La falta de higiene adecuada puede dar lugar a brotes de enfermedades, lo que agrava aún más la situación de salud de la comunidad.
