Luis Humberto Tovar Trujillo
Efectivamente, se agita el cañaveral de candidatos para las elecciones regionales; y no es difícil entender, si el cinismo se apoderó de la política, o la política del cinismo; considero que cualquiera de las dos opciones es posible.
Recientemente Carlos Alonso Lucio, escribió, refiriéndose al actuar del gobierno nacional, lo siguiente: “A veces uno se pregunta si Petro está equivocado o si lo que quiere es ofendernos. O si es que nos ve a todos cara de imbéciles”.
También entiendo que las dos son opciones posibles, y coexistentes. Ahora para completar el tercio, hay un ejemplo muy ilustrativo sobre su conducta, “Echar a Bayón y optar por el genio del MinMinas no puede ser un error. Eso es un acto de perversidad con el país”, concluía el autor mencionado.
Son decisiones que se enmarcan dentro de una patología para un tratado de psiquiatría.
En nuestra region, comenzamos a ver las consecuencias de lo que pasa en lo nacional; “nos ven a todos con cara de imbéciles”, cuando comienzan a aparecer candidatos, de una parte, los mismos con las mismas, hasta con las mismas maniobras torticeras, donde el gobernante, acompañado en actos de gobierno, con su candidato a sucederlo; nos creen imbéciles con ese acto de perversidad política.
Por otro lado, dirigentes de los partidos tradicionales, hoy entregados al querer del gobierno, apoyando sus decisiones “para ofendernos”, aspirando a tener avales de esos partidos, para con esas mismas maniobras torticeras, nos sigan creyendo imbéciles, y aspirar a ser elegidos.
Otros soterradamente, aspirando, pero a su vez esperando ser nombrados, en esa entrega formal al gobierno; será eso cinismo, ser sin vergüenza, u otro acto de perversidad política.
Otros, para lavarse la cara frente a sus contertulios, solo esperan renovar su protagonismo político, con la eventual personería jurídica al partido Nueva Fuerza Democrática orientada por Andres Pastrana, y posar de opositor al gobierno, cuando por ahora guardan silencio sepulcral, teniendo la obligación política de pronunciarse frente al desastre de las decisiones que Lucio llama “por ofendernos”, por la perversidad que ellas conllevan.
Definitivamente, el compromiso del pueblo, debe ser, rechazar a los candidatos que sean avalados por los partidos tradicionales, hoy entregados al gobierno, que sigue empobreciendo a los colombianos con su patrocinio irrestricto; les ha gustado utilizar las bolsas ocultas para enriquecerse a costa de la gran estafa realizada a sus electores.
Definitivamente debemos salir de la disyuntiva; o dejamos que nos sigan tratando de imbéciles, o, por el contrario, acabamos con tanta perversidad, cinismo, y persecución a los colombianos, de un gobierno que solo demuestra con sus decisiones, que no existe el error, sino actos proclives a perseguir y enaltecer el resentimiento y la anarquía, como forma de gobierno.
