Otra vez la violencia infecta al fútbol y tristemente es el espectáculo deportivo como tal el que termina pagando los platos rotos.
Por la derrota del Deportivo Cali de 2-0 ante Cortuluá, varios hinchas del ‘Azucarero’ invadieron el campo de juego a falta de 10 minutos del encuentro.
Lo que lucía ser un agradable duelo regional entre Cortuluá y Deportivo Cali, por la fecha 13 del fútbol colombiano, terminó en una batalla campal.
La tensa calma se apoderó del estadio Doce de Octubre desde un comienzo. Las 6650 almas que asistieron al cotejo deportivo, en su mayoría vestidos de verdiblanco, como en cualquier juego, iniciaron alentando a su equipo, pero con reservas entre algunos fanáticos por todo el mal ambiente que se ha generado, muy común en un equipo que está atravesando por una crisis institucional.
Hubo un momento de alegría por la anotación de Ángelo Rodríguez a los seis minutos de juego, los hinchas gritaron el gol con la emoción que representaba iniciar ganando e ilusionarse con otra victoria.
Sin embargo, no valieron los abrazos, aplausos ni el coro de batalla ‘Cali, Cali’, pues el VAR advirtió al central John Hinestroza sobre un fuera de lugar del anotador del gol, por lo que la acción ofensiva fue anulada y el juego regresó al 0-0.
Cali atacaba, Cortuluá se defendía, los hinchas del Azucarero entonaban los cánticos apoyando a su equipo, pero la frustración regresó cuando al minuto 19 el extremo Wílder Guisao remató dentro del área verdiblanca y abrió el marcador para los tulueños.
La impotencia invadió a los seguidores y la desesperación se comenzó a notar en las gradas del Doce de Octubre.
Ya los improperios eran dirigidos hacia el técnico Máyer Candelo y el grupo de jugadores, que salieron abucheados al finalizar la etapa inicial.
En el segundo tiempo fue el Cali el que tomó la iniciativa, pero sin profundidad y mucho menos definición.
La situación pasó de castaño a oscuro cuando al minuto 77 el golero del Cali, Miguel Sánchez, cometió una falta dentro del área y el árbitro sancionó penalti a favor de Cortuluá, que minutos después Féiver Mercado cambió por el 2-0.
Por ahí dicen que las tragedias son anunciadas. Luego del segundo gol tulueño pararon los cánticos y, cuando nadie lo esperaba, los vándalos violentaron la puerta de acceso a la grama desde la tribuna de oriental y en manada se fueron en contra del plantel de su equipo.
De no creer, estos sujetos alcanzaron a Teófilo Gutiérrez, quien recibió un golpe por la espalda de uno de ellos. Aunque lo mas complejo se vivió en el banquillo, cuando Máyer Candelo tuvo que ser protegido por algunos fanáticos que saltaron desde occidental y crearon una especie de escudo humano para evitar que le hicieran daño al entrenador.
Luego de cinco minutos las personas regresaron a las tribunas, pero ya el daño estaba hecho. La determinación de la Dimayor fue dar por terminado el partido y de nuevo este tipo de actos de violencia hicieron correr asustados del estadio a las familias, a los hinchas nobles, que a pesar de la hora y el día se dieron cita en Tuluá, para ver fútbol y compartir con sus amigos y seres queridos, pero finalmente se tuvieron que ir con miedo.