Por: Carlos Tobar
“La concepción estadounidense de la presidencia es tan monárquica que Biden es festejado como un gobernante que «renunció al poder» en favor de un sucesor ungido, en lugar de un político vanidoso que calculó mal su fecha de caducidad y fue persuadido tardíamente de ahorrarse la humillación y dar a los demócratas una oportunidad.”
Adam Tooze, historiador económico
A cuatro meses de las elecciones para presidente en los Estados Unidos, renunció a la candidatura para la reelección el actual mandatario Joe Biden. Una retirada esperada por la condición de limitación física y mental evidente durante los últimos años. Pero, fue, tal vez, el desastroso y lamentable papel desempeñado en el primer debate frente a su contendor Donald Trump, el que disparó las alarmas en el partido demócrata y, forzó, finalmente su renuncia.
Ahora el demócrata, uno de los dos grandes partidos políticos que monopolizan el campo electoral en la primera potencia política, económica, militar, cultural, … de occidente, tiene un mes para designar su candidato oficial para enfrentarlo al candidato del partido republicano, Donald Trump, recientemente confirmado en su convención nacional.
No la tienen fácil. Aunque Biden postuló a su vicepresidenta, Kamala Harris, para que asuma la candidatura, sectores importantes de las élites del partido demócrata como el expresidente Barack Obama o Nancy Pelosi, presidenta honoraria de la Cámara de Representantes, tienen reservas sobre su liderazgo y, están proponiendo una convención partidaria ‘abierta’. Una señal de que los gigantescos e intrincados intereses de la gran burocracia partidaria no están resueltos. Allá como acá, la pelea por el poder y sus repartijas se da a dentelladas.
Este es otro de los síntomas de la profunda crisis que atenaza a la sociedad norteamericana. Problemas de todo orden: culturales, estructurales e institucionales.
Esa crisis tiene muchas razones: por ejemplo, la desigualdad que dejan 40 años de neoliberalismo, los rezagos raciales y culturales con minorías que por la política de inmigración han venido creciendo de manera importante en la sociedad estadounidense, …, aunque a mi juicio la mayor equivocación de las élites fue la deslocalización del aparato productivo fabril, trasladado a Asia, especialmente a China y México. Eso significó la pérdida de millones de empleos de calidad en los sectores de clase media calificada que, ha estado destrozando la estabilidad social y económica de una porción importante de ciudadanos.
Volver grande a América, una consigna que busca revertir esa situación es prácticamente imposible. Esa ha sido la oferta de Trump en su primera elección, retomada por Biden en su presidencia y, ofertada por demócratas y republicanos hoy. La descomposición tiene una base real.
Neiva, 22 de julio de 2024
