Álvaro Hernando Cardona González
A pesar de que todos los gobiernos anteriores han negociado con organizaciones criminales y terroristas, e incluso este también ha anunciado de hacerlo con cuanta organización delictiva lo desee, los hechos violentos se multiplican, así como el número de organizaciones con igual talante y deseo.
Siempre se habla de los daños en vidas y a los patrimonios de las personas que estos delitos y contravenciones causan. Poco, la verdad muy poco, del daño que se causa al medio natural. Lo cual es inexplicable, porque si bien matar, secuestrar, herir o robar a alguien causa un daño no solo a la víctima, hace víctimas también a su entorno familiar; y más aún, el daño que se causa al agua, a la fauna o a los bosques, hace víctimas a la humanidad. Y todavía más, a toda la vida, la biota planetaria.
Decíamos hace unos años, con ocasión de unas palabras maravillosas dichas por el Papa Francisco cuando nos visitó y de la lectura del libro The little book de kindess, de la escritora Bernadette Russell, que sostiene que un acto humano de bondad al día puede cambiar las vidas de las personas; la autora no solo describe su experiencia cuando se propuso hacer un acto de bondad diario, sin importar si si era pequeño o grande, describiendo cómo eso hizo notar que su vida es mejor y su espíritu se reconfortó mejor para la cotidianidad. Russell también se refierió a la bondad con la madre naturaleza. Y no solo en lo contemplativo, sino más que eso, en adelantar a diario acciones de bondad, de mejora o contribución con el medio natural; nuestro entorno.
Ciertamente poco se aprecia bondad con nuestro entorno natural.
Cualquiera puede contribuir con algunas acciones posibles, como comprar racionalmente y consumir menos. Pero hay que contribuir con acciones bondadosas para mejorar nuestro entorno natural, logrando a su vez mejorar nuestro espíritu y el aliento que nos mueve a vivir mejor. Por ejemplo, sembrar y conservar especies forestales, mantener las corrientes y depósitos de aguas, aportar los estudios científicos y las caracterizaciones biológicas (en el caso de la fauna), o destinar porciones de nuestras fincas a reservas naturales de la sociedad civil.
Son muchos los actos bondadosos con la naturaleza que podríamos describir. Y lo mejor es que estos actos no solo favorecen lo que nos rodea sino a la humanidad misma, pues mejorar el medio natural es mejorar la calidad de vida y salud de todos los seres humanos; tan bondadose lo es, que con eso no se mira a quién. Ahora que tanto se nos segrega.
Debemos hacer, que cada pequeño acto de bondad transforme el mundo, nuestro entorno.
Invitamos a todos nuestros lectores a cambiar sus actitudes, sus pensamientos; incluso a admitir que el mejor entorno natural les beneficia, pues tendrán mejor salud y más oportunidades de progreso. ¿Somos bondadosos?