Sentimientos encontrados género el fallo emitido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el cual condena al Estado Colombiano por el exterminio del movimiento político de izquierda conocido como Unión Patriótica. Esto debido a que pese a la alegría que genera la decisión, muchas víctimas directas o indirectas de la violencia generada entre las décadas de 1980 y 1990, han revivido nuevamente esas historias cargadas de lucha, dolor y miedo.
DIARIO DEL HUILA, PRIMER PLANO
Por: Johan Eduardo Rojas López
Hugo Narces Peralta Solórzano, es hijo del concejal Narces Peralta, asesinado el 17 de julio de 1988 en Isnos debido a su vinculación con la Unión Patriótica y activismo. El líder político y comunitario, vivió en carne propia la exterminación de la cual fueron víctimas más de 6.000 líderes y militantes de la UP.
Siempre se destacó por estar completamente entregado a la causa, la misma que le pavimentó el camino hacia la muerte. Su liderazgo fue tan arraigado que ni siquiera pensaba en su bienestar o el de la familia, pues siempre estuvo dispuesto a entregarlo todo por la comunidad. Esa fuerza por defender sus ideales lo convirtió en líder un líder consagrado para posteriormente convertirse en concejal y desafortunadamente estrellarse con la muerte, dejando un vacío profundo, pero quizás no tanto como el ejemplo que instauró.
Un ejemplo de vida y lucha que hoy sus hijos recuerdan con dolor, pero con esperanza, dado que ellos siendo víctimas de ese conflicto que azotó a Colombia por fin consideran que con este fallo se da el inicio de un proceso de dignificación.
“Algo que quiero recalcar es que mi mamá vivía en Neiva y él en Isnos porque se habían separado, pero nosotros fuimos prácticamente víctimas directas de ese conflicto porque nos desplazaron, salíamos a la calle y empezaban a gritarnos “comunistas e izquierdistas los vamos a matar, los vamos a acabar bastardos”, entonces debido a esa amenaza y guerra psicológica nosotros nos alejamos de allá”, narró su hijo.
Según explicó Peralta Solorzano, su padre fue líder en todos los territorios que pisó, pues solían desplazarse constantemente debido a que su madre era enfermera. Sin embargo, tras la separación su padre se radicó en San José de Isnos, lugar hasta donde sus hijos llegaban por varios días e incluso meses para compartir con él. Pero ese compartir armonioso y cargado de plenitud, siempre se vio perturbado por las diversas amenazas de los militares y la misma sociedad.
Él murió y la guerra siguió
El miedo generado por las amenazas siempre recordaba los días compartidos, pues el líder comunitario y político, siempre enviaba a sus hijos para Neiva con prontitud con el propósito de que la guerra no los alcanzara.
“Después de la muerte de él fue una guerra psicológica dura y un recién levantándose en la vía, pues siente temor porque nunca hemos sido de armas y nos trasladamos de allá, no volvimos. Él tuvo la presión siempre y la guerra psicológica siempre nos alcanzó porque estando en vida, cada rato iba el Ejercito Nacional lo cogían, lo amarraban y se lo llevaban. En una acusación estuvimos en el batallón con las comunidades reclamando porque se lo habían llevado mucho tiempo y debido a la presión de los campesinos lo soltaron”, agregó.
Bajo esa lógica, esa guerra que vivieron de frente y con crueldad fue permanente, incluso hasta después de su asesinato. Es más, según cuenta, a uno de sus hermanos en alguna oportunidad lo cogieron y lo iban a matar simplemente por ser llevar la sangre del ‘viejo’ como lo llaman de cariño, pero afortunadamente y aunque se lee asquerosamente escalofriante, solamente lograron cortarle la cara.
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Su asesinato
Contó también que, “claro, todos los integrantes de la UP del partido fueron perseguidos, asesinados, desaparecidos y eran situaciones que generaron temor, agresividad e inseguridad porque siempre estábamos en la defensiva solamente por ser hijo de un dirigente político”.
Su exterminación se dio crudamente como todas las que se efectuaron por esa época. Cinco machetazos, dos en la cabeza y tres en la espalda, generaron su muerte. Inicialmente fue herido mientras esperaba a unas personas con quien mantendría diálogo sobre la creación de una cooperativa; en ese lugar, cobardemente a las espaldas lo impactaron y como consecuencia murió.
Este deceso claramente fue un triunfo para el Estado Colombiano en ese momento, pero para la familia fue el peor golpe dado que ‘el viejo’ era el mayor ejemplo a seguir, el bastón del hogar y el apoyo para continuar, a pesar de que no vivía con ellos. Allí empezaron a extrañar el hombre que en la intimidad era cariñoso, amoroso, consejero y, desde luego, el guía de unos jóvenes que apenas estaban entendiendo el contexto.
Genio y figura hasta la sepultura
“En una ocasión que se puso el tiempo difícil cuando incrementaron las amenazas, siempre quiso protegernos y nos mandaba para donde mi mamá porque todo estaba difícil. Es decir, que era consciente de lo que le podía pasar, pero nunca pensó en retirarse de sus ideales, pensamiento y ser genuino”, afirmó con la voz entre cortada.
Sus hijos luego de su asesinato se retiraron de todos los escenarios de liderazgo por temor, protección y respeto a su madre, quien sufrió lo que no está escrito. Además, porque había muerto la cabeza que movía esos ideales para el grupo familiar y el miedo nos alejó, pero ahora han vuelto a retomar la bandera.
El inicio
“Ese falló de la Corte Interamericana no es el final sino el principio porque ahorita el partido va a coger fuerza y es donde más debemos estar unidos. La cifra económica no es nada porque más que eso es que el Estado reconozca que no exterminó animales, perros, ni delincuentes como fueron vistos y lo ha señalado siempre la derecha. Ellos han señalado a las víctimas de la UP como la peor escoria de Colombia. Afortunadamente encontramos en el camino personas que nos dieron el combustible para continuar con esta causa y demostrarnos que no estábamos solos, hemos tenido el acompañamiento”, detalló.
Finalmente, hoy con lágrimas en los ojos y casi sin fuerzas para hablar, pide recordar a su padre como un gran líder y persona que ha perdido el departamento a causa de una guerra extrema y abusiva. Además, que lo reconozcan como un ser humano amiguero, artístico, amante del campo y siempre dispuesto a servir. ‘La Cama Vacía’, su canción preferida, es el himno con el que honran su existencia y exaltan su lucha.