En mi columna del 7 de agosto titulada “El enorme reto de los Galán y los Lara”, destaqué la importancia para la democracia colombiana del fallo de la Corte Constitucional que revivió al Nuevo Liberalismo, tras ordenar al Consejo Nacional Electoral, CNE, otorgarle su personería jurídica como partido político.
El mismo Galán había decidido en esa época suspenderla para ingresar y ser el candidato del Liberalismo, posibilidad frustrada tras el asesinato del líder al finaliza la década de los 80s.
Es un momento histórico para que los hijos de sus fundadores Luis Carlos Galán Sarmiento y Rodrigo Lara Bonilla, sienten un precedente político como una gran fuerza que aglutine voluntades y no se conviertan en otra empresa política familiar cerrada, como la mayoría de las que pululan en Colombia.
Sin embargo, no creo que en estos momentos tengan todos los votos para llegar solos. Para que esto ocurra, deben ser realistas, especialmente en las regiones en donde sí tienen que pactar coaliciones con otros movimientos políticos, especialmente en las listas para Congreso, asambleas y concejos, para que sean una fuerza decisiva.
Ejemplo, en el Huila un movimiento necesita mínimo 50 mil votos para pasar el umbral de congreso, sin este requisito no tendrán ni la más remota posibilidad de ganar una curul.
En ese orden, si no hacen acuerdos renacería muerto el Nuevo Liberalismo en la patria chica de Rodrigo Lara Bonilla, uno de sus fundadores.
Tengo entendido de que no quieren coaliciones, ¿o será que solo les interesa el voto central para la presidencia de república, sin votos regionales y locales y muy pocos voceros en el Congreso?
Si el Nuevo Liberalismo rehúsa autorizar coaliciones opinaría que se desestima en el Huila, el señalado acuerdo entre el Nuevo Liberalismo y el candidato a la cámara Víctor Andrés Tovar, quien tiene una enorme popularidad y un trabajo político en todos los municipios del Huila.
Tovar Trujillo, entre otros, están siendo observando por las diferentes organizaciones políticas del Huila, a las cuales tampoco les alcanzaría, pero si están interesados en coaliciones, ojalá que los jóvenes Lara y Galán, no hayan matado el tigre y estén asustándose con el cuero.
Los partidos modernos concitan el interés nacional, no son excluyentes y encaran el difícil e incierto panorama económico, social y político colombiano para rescatar la credibilidad en la dirigencia.
Ahora que el Nuevo Liberalismo renació, llegó el momento histórico para que los hijos de sus fundadores Luis Carlos Galán Sarmiento y Rodrigo Lara Bonilla y los demás dirigentes de ese otrora fuerte partido, decidan rescatando lo dejado, ya qué tuvieron que incursionar e inscribirse muchos años en otros partidos y movimientos políticos con personería.
Los hijos de Galán y Lara, tienen la responsabilidad de seguir los postulados de sus primeros orientadores, definir sus pretensiones frente al ordenamiento jurídico, especialmente de cara a los colombianos que desean cambios en la manera de servir a través de la deteriorada actividad política.
El Nuevo Liberalismo, podrá inscribir candidato a la presidencia y expedir avales para los candidatos al Congreso nacional, gobernaciones y alcaldías y las corporaciones públicas de todos los departamentos y municipios colombianos.
Esto podría cambiar el panorama político, sobre todo en materia de entendimientos y posibles coaliciones, porque es muy posible que van a aparecer figuras jóvenes que no han tenido oportunidad en otros partidos que manejan “a dedo” y por negocio sus avales.
