A medida que avanza la jornada nacional de vacunación, la sociedad colombiana se encuentra a la expectativa para lograr el cometido de irradiar este biológico a toda la población, con el fin de lograr una inmunidad de rebaño. Aunque este proceso ha avanzado a paso lento, el día anterior se logró llegar a un millón de personas vacunadas en Colombia, cifra inferior a los resultados obtenidos hasta la fecha en otros países latinoamericanos. En las potencias mundiales, se ha avanzado significativamente, gracias al poder de la producción y mercadeo de las empresas farmacéuticas que han concentrado su accionar para atender ante todo las familias de estas naciones.
A pesar de que existe una suspensión de las vacunas producidas por la empresa AstraZeneca, por los efectos colaterales que ha provocado en algunas personas recién vacunadas en algunos países europeos, se sigue avanzando masivamente con este proceso, gracias a la producción masiva de estos biológica de otras multinacionales, que han logrado posicionarse dentro del contexto internacional.
Y aunque todos los desarrolladores de vacunas que ya han informado resultados tan prometedores como preliminares estiman que ellos pueden producir dosis cuantificadas en cientos de millones. Los cálculos más optimistas aseguran que este alcance no cubrirá más de un tercio de la población mundial necesitada a finales del 2021.
Hay que destacar la gestión del gobierno nacional, que ha prometido que las jornadas masivas de vacunación que se han iniciado, se busca llegar a la aplicación durante el presente año, de 35 millones, en la medida que se cumplan los contratos pactados con dichas organizaciones. Ya se terminó la vacunación del personal de la salud y ahora continúa con el resto de la población.
Estamos en el camino correcto. No sobra insistir en la posibilidad de que este tipo de trabajos también permiten explorar capacidades nacionales que vayan más allá de la participación en los estudios clínicos. Formar parte de alguno de los múltiples pasos de la cadena de producción y distribución de estos productos, no solo pondría al país en las fotos de la historia, sino que aportaría elementos de preparación para situaciones similares que puedan venir.
Consideramos que estas vacunas contra este mortal virus, debe clasificarse dentro de la estructura jurídica del país, como un bien público y humanitario. Se buscar la supervivencia de la especie humana. Hay que redoblar esfuerzos para que todas las personas se protejan ante los contagios como si fuera el primer momento, así la vacuna sea una realidad. El problema está a lejos de soluciones. No obstante, como decíamos, los desafíos logísticos son exigentes y, a fin de cumplir con las ambiciosas metas, este es el momento propicio para acelerar la inmunización.
