Es inaceptable y rechazable desde todo punto de vista por parte de la sociedad colombiana, la forma rastrera como los asesores de la campaña de Gustavo Petro Urrego, diseñan, impulsan y ponen en ejecución estrategias contra sus adversarios de una forma, que buscan desestabilizar el accionar proselitista de los demás aspirantes presidenciales. Se ha provocado una tormenta política en estas convulsas elecciones, a través de las grabaciones y audios revelados por la revista Semana en donde se ve al senador Roy Barreras y el joven líder de comunicaciones dentro Pacto Sebastián Guanumen Parra, hablando de cómo iban a desprestigiar a los rivales de Petro, Federico Gutiérrez, Sergio Fajardo y, como fueron hechas hace 6 meses, con Alejandro Gaviria a quien veían como un potencial rival. Además, aparece el propio Roy Barreras confesando que sí existió un Pacto de la Picota.
Pero lo que más tienen indignada a la opinión pública, es que dichas reuniones estaban presididas por el propio candidato de la oposición. No vale el respeto ni la decencia que deben caracterizar esta contienda electoral. Su lema de que todo vale, la ha venido desarrollando en todos los frentes y escenarios donde así lo expresan. Las redes sociales están inundadas de epítetos y de mensajes hostiles contra las personas. No conocen la ética. Lo anterior es absurdo.
A solo 9 días de las elecciones de la segunda vuelta, se ha vuelto viral los ataques inmisericordes y viles que ha recibido Rodolfo Hernández, porque se ha convertido en el principal fenómeno político que tiene amenazada el liderazgo que mantenido Petro en todas las encuestas. Inclusive acaba de emitir una declaración desde Miami donde se encuentra participando de varias reuniones con simpatizantes y empresarios de los Estados Unidos, que algunos sectores de la oposición quieren matarlo a cuchillo y por tal motivo le toca abstenerse de participar en reuniones públicas por dichos delincuentes que a toda costa quieren torpedear una eventual llegada al poder de este ciudadano del departamento de Santander.
Así como lo están haciendo dichos sectores extremistas, están convirtiendo al candidato Rodolfo Hernández Suárez, en víctima de estos ataques cibernéticos que salen de la bodega de Petro, generándole un efecto dominó a su favor. Así ha ocurrido en campañas presidenciales en otrora. La ciudadanía colombiana, solo quieren escuchar propuestas y sus planteamientos para solucionar los problemas estructurales que tienen afectado el bienestar general de las familias colombianas. No hay nada definido.
Inclusive con groserías y palabras de grueso calibre, se escuchan en medio del rechazo de los participantes en dichos dispositivos. Lo anterior, no debe presentarse. Las redes no deben constituirse en un medio para ofender a las personas que leen los mensajes falsos y toman posiciones frente a determinado candidato. No hay ninguna justificación. Hay que ser decentes.
