Por: Sergio Trujillo.
Los recientes y trágicos hechos ocurridos en Nátaga y Tesalia, que segaron la vida de dos valientes policías, dejando herida a una patrullera y a un civil, son una dolorosa señal de alerta: el Huila parece retroceder a esos tiempos oscuros de violencia que tanto sufrimiento trajeron a nuestras comunidades. Como diputado y como huilense, mi más sincera solidaridad está con las familias de las víctimas y con todos aquellos que hoy cargan con el dolor de estas tragedias.
Estos crímenes no pueden dejarnos indiferentes. La seguridad no es un lujo, es un derecho fundamental. Desde la Asamblea del Huila, alzamos la voz para pedir un esfuerzo colectivo, decidido y contundente, para detener esta ola de violencia que amenaza no solo nuestras vidas, sino también nuestra paz, nuestros sueños y el progreso de nuestra región. La paz no se construye desde la indiferencia, se construye desde el compromiso inquebrantable de todos los sectores sociales.
El gobernador Rodrigo Villalba lo ha manifestado con claridad: “Sin seguridad no hay nada”. Y tiene razón. Si no logramos contrarrestar esta oleada de criminalidad, las consecuencias serán devastadoras. El turismo, que hemos trabajado tanto por fortalecer, se verá afectado, al igual que la inversión en todos los sectores. La inseguridad pone en riesgo nuestro presente y nuestro futuro. No podemos ni debemos permitirlo.
Pero no basta con señalar el problema. Desde la Asamblea del Huila hemos tomado acciones concretas en esta lucha. Por iniciativa del gobierno departamental, se creó la Dirección de Seguridad del Departamento del Huila, bajo la supervisión de la Secretaría de Gobierno. Esta entidad ha diseñado e implementado el plan «Unidos Más Seguros», un esfuerzo que incluye la coordinación entre la comunidad y la fuerza pública, y que ya está comenzando a mostrar resultados.
Sabemos que no es suficiente. La situación es crítica y requiere más. Como Asamblea, hemos llevado a cabo audiencias públicas de seguridad, hemos dialogado con los organismos de seguridad y hemos acompañado los consejos de seguridad presididos por el gobernador. Pero necesitamos que el gobierno nacional también cumpla con su palabra y refuerce con urgencia la presencia policial y militar en nuestra región. No podemos esperar más. No podemos permitir que lo sucedido en Nátaga y Tesalia se repita en otros municipios. No podemos vivir bajo la sombra del miedo.
Desde aquí, hago un llamado a todos: alcaldes, concejales, fuerzas vivas, empresarios y ciudadanos. Este es el momento de la unión. Este es el momento de trabajar en equipo, de sumar esfuerzos y voluntades. La seguridad no es un asunto de unos pocos, es tarea de todos. Desde la Asamblea, continuaremos siendo un espacio de diálogo, de concertación y de soluciones. Nuestro compromiso con los huilenses es firme. Estaremos vigilantes, proactivos y siempre al frente de esta lucha por la paz y la seguridad de nuestra tierra.
Es importante reconocer el trabajo que ya se ha hecho, pero también debemos ser claros: no es suficiente. Sabemos que el gobierno departamental ha adelantado grandes esfuerzos, pero los desafíos siguen siendo enormes. No descansaremos hasta que podamos decir, con certeza, que el Huila es un lugar seguro para vivir, trabajar y soñar.
Hagamos causa común por la seguridad. Solo unidos, trabajando en equipo, podremos superar esta crisis.
