“El síndrome del “trabajador quemado» hace referencia a que hay una carga laboral o que es excesivamente crónica, lo que se manifiesta con agotamientos físicos y mentales por los tiempos largos y prolongados de trabajo”, explicó Viviana Álvarez, Decana del programa de Psicología de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud – FUCS.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
Cada vez que llegan los últimos meses del año, la mayoría de las personas tienden a tener complicaciones en su salud mental debido a todo lo que conlleva la rutina y el cansancio propio de esta época.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el síndrome de burnout como un estado general de agotamiento físico, emocional y mental generado por situaciones de estrés crónico en el ámbito del trabajo. En ese sentido, la OMS reconoció al burnout como una enfermedad que va a ser incluida en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades.
“Este síndrome, también llamado ‘síndrome del trabajador quemado’ o del ‘desgaste profesional’, hace referencia a que hay una carga laboral que es excesivamente crónica y se manifiesta con unos agotamientos físicos y mentales por los tiempos largos y prolongados de trabajo, o porque tenemos realmente un nivel de estrés demasiado alto”, explicó Viviana Álvarez, Psicóloga, especialista en Neuropsicología y Decana del programa de Psicología de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud – FUCS.
Igualmente, Álvarez señaló que este síndrome genera ansiedad, depresión, irritabilidad, falta de atención y poca capacidad de disfrutar el día a día o actividades no relacionadas al trabajo. Además, disminuye la productividad, produce desequilibrio emocional, falta de apetito y deseo sexual y diferentes cambios de temperamento que no afectan solo la vida laboral, sino también la vida personal.
Cifras del DANE confirman que 21 millones de colombianos en el último año dijeron haber trabajado más de 40 horas a la semana. El 85 % de las personas reconoce que los problemas del trabajo han impactado de forma negativa su relación de pareja, con los hijos o con otros familiares cercanos.
Mas tráfico de pacientes
La doctora Álvarez detalló que la pandemia hizo que más personas se animaran a consultar sobre su salud mental. “La pandemia agudizó este síndrome, evidenciando no solo que no hay una serie de alertas y planes de manejo eficientes para esta problemática, sino que este tipo de transformaciones sociales modifica nuestra conducta y hace que hoy tengamos más miedo del mundo, creándonos secuelas y expectativas negativas con respecto a los trabajos y la vida”.
Así mismo, la doctora resaltó que en Colombia hay cada vez más población con necesidades en atención psicológica y psiquiátrica. “Desde todas las entidades se está requiriendo una mayor agenda de psicólogos. Las unidades de salud mental que atienden a los pacientes tienen una ocupación importante, es necesario que la atención sea brindada por psicólogos clínicos para brindar no solo mayor cobertura, sino un servicio de calidad”.
No hay buena capacidad
No obstante, lo que realmente preocupa a la FUCS es la falta de Psicólogos Clínicos en Colombia frente a la cantidad de pacientes que se remiten a una evaluación de su salud mental, por esta razón son de las pocas universidades que forman a estudiantes en psicología con enfoque clínico y de la salud mitigando la falta de profesionales con este énfasis.
Si bien no todos los seres humanos sienten el estrés de la misma forma, uno de los síntomas más comunes es la falta de sueño o de descanso debido a las labores y cargas diarias, lo que impide mantener una vida sana y activa, generando con el tiempo perjuicios en la salud.
Este síndrome se divide en cuatro etapas, las cuales pueden ser recurrentes en una persona o no, las más comunes son:
1. Deterioro cognitivo
La persona se siente fracasada. En este punto se pierde la ilusión por el trabajo y se percibe una pérdida de capacidad mental para cumplir con las tareas. Por ejemplo, si un trabajador estresado debe atender a personas y no alcanza sus objetivos, al final lo que pasará es que culpará a sus usuarios y clientes de su fracaso.
2. Sensación de desgaste
Como resultado del deterioro cognitivo, el trabajador experimenta una sensación de desgaste emocional, ya que intenta cumplir con sus metas y se esfuerza, pero no observa un cambio. Por el contrario, en ocasiones hay agresiones o insultos tanto de los clientes como de los líderes.
3. Distanciamiento social
En respuesta al sentimiento de fracaso y al desgaste emocional, las personas se aíslan y se distancian de los factores que consideran agresivos, como los compañeros de trabajo, los jefes o los clientes.
4. Sentimiento de culpa
Esta es la cuarta fase del burnout y se presenta cuando el trabajador, como resultado de su despersonalización, se culpa por el maltrato que puede darle a los clientes o los compañeros de trabajo. En esta etapa la sensación de culpa cambia, las personas dejan de atribuir su fracaso profesional a los demás y empiezan a culparse de sus errores.
“Para determinar el bienestar de los trabajadores se pueden tomar signos observables como cambios de estado de ánimo, descuido en sus labores, desconcentración o falta de motivación; también cómo asumen los retos de cada día, los contratiempos o imprevistos, y si se paralizan por el estrés de las tareas diarias. Otro aspecto importante es tomar en cuenta el nivel de productividad y las bajas por enfermedad”, concluyó la Doctora Viviana Álvarez.