En un país donde el 70% de los alimentos proviene de la actividad campesina, la distribución de la tierra refleja una marcada desigualdad. De las 114 millones de hectáreas disponibles en Colombia, solo 14 millones (12,2%) son propiedad de los campesinos, según el último informe de distribución de tierras.
Esta situación contrasta con la gran dependencia del país en la producción agrícola campesina. De estas 14 millones de hectáreas, 9,3 millones están destinadas a actividades agropecuarias, representando apenas el 8,21% del total nacional. Colombia, con una población de 52 millones de personas, cuenta con 15,7 millones que se autoidentifican como campesinos, equivalentes al 30,1% de la población.
El 2 de junio de 1965, Augusto Franco, junto con directivos y periodistas de Cali, envió una carta al entonces presidente Guillermo León Valencia solicitando la consolidación del Decreto 135, que oficializaba la celebración del Día del Campesino. Este decreto buscaba reconocer la vital labor de quienes trabajan y subsisten de la tierra rural. Desde entonces, el Día del Campesino se ha celebrado durante 59 años, resaltando la importancia de este grupo poblacional en la economía y sustento del país.
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Las cifras demográficas muestran que el 23,6% de la población colombiana vive en zonas rurales, mientras que el 76,4% reside en áreas urbanas. Esto equivale a 12,3 millones de personas en el campo, con una distribución de género donde el 51,8% son hombres y el 48,2% mujeres. Además, la población rural se divide en 27,7% de niños (0-14 años), 17% de jóvenes (15-24 años), 41,5% de adultos (25-59 años) y 13,8% de personas mayores de 60 años.
La agricultura familiar, según la última caracterización de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), es un sistema gestionado por familias y comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes que realizan actividades de producción, transformación y comercialización de bienes y servicios agrícolas y pecuarios. Este sistema no solo sostiene a las familias, sino que también se integra a los mercados y emplea tecnología y mano de obra externa sin perder la esencia familiar.
Claudia Cortés, directora de la UPRA, destaca que “los cuatro tipos de agricultura familiar, campesina y comunitaria identificados miden la intensidad del autoconsumo, la integración a los mercados, el nivel de tecnología y el uso de mano de obra externa”.
Dentro de la frontera agrícola, los predios destinados a actividades del sector agropecuario suman 2,2 millones y se extienden sobre 33,8 millones de hectáreas, representando el 88,5% de los predios y el 96,73% del área total. Sin embargo, el 95,8% de estos predios rurales son propiedad de personas naturales o entidades jurídicas privadas, cubriendo el 86,9% del área catastral.
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