Luis Humberto Tovar Trujillo
Solo sé que no sé nada. «Solo sé que no sé nada» o «solo sé que nada sé» es una famosa frase atribuida al filósofo griego Sócrates (470-399 a. de C.), en la que expresa que es consciente de su propia ignorancia. La frase se asigna a Sócrates, pero no se encuentra escrita de forma literal en ningún texto.
Con esta referencia socrática, en la que expresa que es consciente de su propia ignorancia, debemos tomarla como punto de partida, para evaluar nuestros escasos conocimientos, nulos, comparados con los de Sócrates, que solo hemos conocido por sus discípulos, porque nunca realizo publicación alguna de su pensamiento filosófico.
A esto nos ha llevado el actual gobierno, donde a diario se hacen pronunciamientos, unos, sus adeptos, llaman filosóficos, otros delirantes, por el juego de antítesis incoherentes, frente al desarrollo.
Tan delirante, que se ha llegado a creer, que se trata del salvador del mundo, ya dejaron a un lado al Libertador Bolívar, y ahora, por alguna cercanía ideológica con el del Vaticano, ha avanzado en sus delirios, a tal punto de creerse el salvador del mundo.
Estamos gobernados, por una persona, y sus acólitos, por personas psiquiátricamente enfermas, que están adicionalmente, enfermando a la sociedad, convocándola al decrecimiento económico, porque su situación personal está completamente decrecida, a tal punto, de entender, y predicar, de hacer de la impunidad, el norte de la reconciliación social, que llaman paz total, cuando desde que los albores de la humanidad, incluido el origen de la desobediencia en el Genesis, hubo un castigo, tuvo consecuencias, por no respetar las normas establecidas por el creador.
Se ha llegado al nivel de desconocer el derecho natural, la prevalencia del interés colectivo frente al interés individual, un afán de enriquecerse a como de lugar, llegar a entender que la economía se debe fundamentar, en proteger sectores, que le garantizan su propio enriquecimiento, como es el narcotráfico y el terrorismo.
El aborto, la anormalidad de la comunidad LGTBI, destrozar el estado, y sus normas, como regulador de las relaciones de una sociedad, generar desestabilización institucional, para hacer de la anormalidad, del desorden, y la crisis social, y económica, el caldo de cultivo, para legitimar el delito y sacarle provecho ilícito.
Todo ese sancocho ideológico, y de adoctrinamiento irracional, solo en mentes enfermizas, llevan a generar una crisis, que se esta viviendo; lo irracional, y demencial, ha llegado a tal punto que mientras hacía esta columna, se adelantaba una caminata, lanzando arengas de apoyo al presidente, mismas, cuyo contenido, data de épocas pretéritas, emulando no la ignorancia de Sócrates, sino de esa ausencia del conocimiento insalvable e insuperable.
Mientras se liquidan empresas, acabando con el empleo, único mecanismo distinto al delito, para mejorar las condiciones sociales y económicas de la sociedad, por culpa del gobierno encarnizado en llevar a la miseria, al pueblo, estos en forma frenética, delirantemente imbécil, apoyan al gobierno como invocando hambre y miseria. Que ignorancia.