Por: Luis Alfonso Albarracín Palomino
A solo 48 días para la realización de las elecciones donde se realizarán las elecciones regionales para elegir gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles, se empiezan a publicar diversas encuestas por los distintos medios de comunicación sobre las preferencias del constituyente ´primario, lo cual puede provocar una tergiversación en las tendencias para seleccionar el posible candidato ganador. Lo que, si es cierto, es que la verdadera encuesta es la que resulte en los resultados que publique la Registraduría Nacional del Estado Civil, una vez terminen los escrutinios electorales el próximo domingo 29 de octubre. Es respetable que cada campaña realice sondeos de opinión y que coloquen a su candidato como el ganador. Actualmente, estamos observando una proliferación de encuestas que se publican en las redes sociales, pero que no son autorizadas por las empresas encuestadoras previamente registradas y autorizadas por el Consejo Nacional Electoral.
Igualmente se cumple la premisa que el candidato que paga la encuesta es el que sale ganador en la que publica la empresa encuestadora contratada para tal efecto. En la mayoría de los casos no ocurre así. Igualmente se tomó una muestra de solo 1.151casos como la que desarrolló el Centro Nacional de Consultoría para la alcaldía de Neiva. La desarrollaron por celular desde Bogotá. Me hago una pregunta: ¿Cómo conocen que las personas que contestaron la encuesta viven en Neiva? Absurdo. Que tienen establecido un directorio distribuido en los barrios de Neiva, es algo que va en contravía de la Ley de Tratamiento de Datos y menos en esta época donde se debe tener un bajo perfil por la creciente inseguridad ciudadana y por las amenazas de extorsión y boleteo que pueden ser sujetos las personas propietarias de celulares. Eso no se lo cree nadie. Y repito: absurdo.
También me pregunto, y me hago la siguiente reflexión: Los costos para contratar una encuesta en el mercado de éstas, oscilan entre 150 y 200 millones de pesos. Con la difícil situación económica que presenta la economía colombiana, será posible que los candidatos o un magnate de las finanzas pague una encuesta con estos precios exorbitantes, dado que los costos de una campaña se han disparado significativamente para poder competir frente a los demás aspirantes a una entidad o corporación. Lo afirmaba en una anterior columna que escribí, que actualmente existe un mercado persa de votos. Los mal denominados líderes, andan de directorio en directorio pidiéndoles permanentemente dineros a los candidatos para realizarles supuestas reuniones de adhesión. Otros les llevan los recibos de los servicios públicos, fórmulas, listas para el mercado, lo cuales se convierten en fuertes erogaciones para un candidato.
Volviendo al tema de la encuesta publicada el sábado anterior, observo que el candidato que la lidera, supera en la sumatoria en los porcentajes del resto de los candidatos. Es un absurdo. O sea que los demás candidatos no tienen un trabajo desarrollado con antelación, y que no tienen aceptación en los neivanos. No es cierto. Cada uno de ellos han venido desarrollando multitudinarias concentraciones en plazas públicas durante los anteriores meses. No se pueden desconocer estos esfuerzos electorales de ellos. Todos tienen un trabajo acumulado que es bastante respetado y no se pueden borrar de la noche a la mañana, estos trabajos electorales. Es respetable el liderazgo del aspirante Germán Casagua y que, en las dos encuestas publicadas en un diario de la ciudad, tiene una amplia ventaja. Puede tenerla. Pero, personalmente creo, que no en esas proporciones. Las demás encuestas realizadas por equipos serios y respetables, así lo demuestran, que las diferencias son estrechas.
Esta contienda electoral se encuentra bastante reñida. Todavía no hay nada definido. En los mentideros políticos se hablan de alianzas. Por debajo de los puentes del río Las Ceibas, va a pasar mucha agua. No quiero desde esta tribuna de opinión desmeritar a ninguna encuesta. Pero debemos ser más objetivos y respetuosos con los neivanos.
