Por: José Eliseo Baicué Peña
Esta semana que termina se inició el regreso a clases de 10 millones de niños en Colombia, de los cuales siete millones pertenecen al sector oficial. Esto indica, que se aumentará la congestión vehicular en casi todo el país, y que las instituciones educativas comenzarán a implementar el uso de los útiles que solicitaron a los padres de familia. ¿Y, sí serán útiles, esos útiles?
No es un secreto que este requerimiento se ha convertido en un cúmulo de quejas de los padres de familia a través de todos estos años, no sólo por la cantidad de elementos solicitados, sino, por sus altos precios y porque surgen muchas dudas sobre el real beneficio y uso que de esos materiales se hace.
De acuerdo con algunos estudios realizados en el mes de diciembre y parte de enero, se determinó que una familia promedio destinó, aproximadamente, 350.000 para estos elementos, sin contar libros y similares.
En virtud de toda esta incertidumbre, el Ministerio de Educación Nacional, el año pasado expidió la Resolución 20310, en la que se establece cuáles son los útiles que las instituciones pueden solicitar y cuáles no.
Esta resolución indica que los colegios no pueden exigir marcas específicas ni proveedores de ninguna índole. Elementos como papel higiénico, toallas, material para botiquín, o marcadores para tablero, entre otros, no pueden ser pedidos en la lista de útiles escolares. El ministerio especifica que de necesitarse esos elementos para la administración o el aseo de las instalaciones, deberán incluirse en los gastos de matrícula o pensión.
En relación con los uniformes, la norma señala que solo se podrá exigir un uniforme para uso diario, y uno para actividades físicas. No obstante, si el estudiante, por motivos económicos no porta el uniforme, ello no será causal de impedir el ingreso ni mucho menos negarle el cupo.
Asimismo, la medida establece que no podrá exigirse la totalidad de los útiles escolares al comienzo del año o periodo académico, puesto, que ellos podrán requerirse en la medida de que sean necesitados.
Los padres de familia están inquietos y preocupados, y aseguran que muchos de los elementos solicitados no deberían estar en la famosa lista de cada año. Creen que no son muy útiles.
