En una columna publicada en este mismo medio, de principios del año 2021, mencionábamos que Neiva debe copiar modelos de solución para su grave problema de inmovilidad y calentamiento atmosférico, volteando su mirada a lo que se hace en el planeta. Mencionamos el proyecto surcoreano de Songdo una ciudad que elimina la necesidad de usar coches y por tanto disminuye dramáticamente las emisiones contaminantes de la atmósfera.
Songdo está creciendo como iniciativa de Corea del Sur y el International Business District -IBD y como respuesta al grave crecimiento y contaminación de Seúl, su capital político-administrativa. No nos extrañaría que en el futuro esta sea la nueva capital. Nada de tradiciones, sino paso a sentido común. Apunta a convertirse en la primera ciudad inteligente y completamente sustentable del planeta, donde la principal estrategia para lograrlo es eliminar el uso de vehículos de combustión como medio de transporte.
En Songdo esperan no necesitar camiones recolectores de basura. Los desechos van hacia un sistema de tuberías neumáticas donde al final se clasifican con el objetivo de ser reutilizados como fuente de energía. No permite automóviles de combustión interna, sólo eléctricos y está suficientemente dotado para satisfacer la demanda de suministro. Esto va acompañado de vías planificadas para que haya una perfecto inter-modalismo (metro, buses, bicicletas; permite circulación de otros vehículos, pero deben ser eléctricos: bomberos, policía, etc); el 40% del área de la ciudad está destinada a áreas verdes, de hecho el parque más grande ubicado en el centro, está inspirado en el Central Park de New York y mide casi 410.000 metros cuadrados.
Muchos de los edificios en Songdo cuentan con certificación LEED, donde reciclan al menos el 40% del agua que usan y su energía también proviene de fuentes renovables, la cual se almacena en sus propias baterías, por lo que el uso de la red de energía eléctrica sólo representa el 20%.
La planeación ha previsto que en la ciudad se asienten empresas, pero no industrias. Por lo que también se ha previsto que la ciudad esté debidamente conectada con centros de producción, puertos y aeropuertos para importación y exportación. El transporte pesado no necesita ingresar a la ciudad.
Claro, es más fácil y económico construir una ciudad que reconstruirla. Hablamos del caso de Neiva. Pero en nuestro caso, es evidente que estamos en mora en planificar las expansiones y nuevos asentamientos. Por ejemplo, es comprensible que no exijamos parqueaderos para clientes a los actuales establecimientos de comercio, pero absurdo e injustificable, por decir lo menos, que dejemos construir los nuevos sin ellos. Y es pecado dejar invadir los espacios públicos como ocurre.
