DIARIO DEL HUILA, HISTORIA
Por: Hernán Guillermo Galindo M
La reciente corona Internacional del Joropo para el Huila, con la bella representante Alejandra Arévalo, tiene detrás una historia de vida en la que han sido protagonistas sus padres, ella por su dedicación, pero además es un claro ejemplo de los resultados de un trabajo a lo largo de 24 años construyendo folclor en el Huila, de Sonia Gómez con su academia y su ballet. Diario del Huila las unió en una historia.
Aun teniendo fresca la emoción del reinado internacional del Joropo que se ganó el Huila hace unos días en Villavicencio, le preguntamos a Sonia Gómez, ¿cómo vivió esa consagración de una de sus pupilas de hace 18 años, Alejandra Arvelo y lo que significa esa corona para el Huila y para ella?
Son sentimientos encontrados los que vivió Sonia, primero porque no pudo acompañar a Alejandra a Villavicencio y segundo porque es también recordar los inicios de su academia, hace 24 años en la calle 9 con carrera 7 en el centro de Neiva, a donde le llevaron «una niña de tres años, monita, bonita, inquieta, de ojos claros», recuerda.
“Llegaron sus padres que son unos seres maravillosos, con el propósito de inscribir a su niña en la academia, para que aprendiera, comenzó a hacer un trabajo muy bonito, cada día fue creciendo, era una niña muy coordinada, y junto a mi mami la fuimos acompañando en ese proceso, sus padres también fueron claves, porque nunca desistieron, por el contrario, siempre insistían. Estuvo en el grupo de 3 a 6 años, pasó al de 6 a 9 años, en ese proceso de formación”, cuenta Sonia Gómez.
Un salto al Ballet de Sonia Gómez
Sonia le propone a la entonces primera dama, Sara Peralta, esposa del alcalde de la época Héctor Aníbal Ramírez, que realicen el primer desfile folclórico infantil y efectivamente se hace. Eso era por el año 2008, para el siguiente año la propuesta fue la de realizar el primer reinado infantil de bambuco y se dieron a la tarea.
El papá de Alejandra Arévalo, se enteró de la realización del reinado y le dijo a Sonia Gómez que él quería que su niña participara. La respuesta fue que no podía por ser ella la directora del reinado y su hija integrante del ballet infantil, la única manera sería que la retirara, «William la retiró, ella participó y efectivamente ganó, no por influencia alguna sino porque fue la que mejor bailó», admite la gestora cultural Sonia Gómez.
«Alejandra continuó el proceso de formación con disciplina, aparte de ser una niña muy hermosa, es muy juiciosa y dedicada, tiene una familia muy bonita, se preocupó por estudiar, se hizo profesional en comunicaciones y por cuestiones de agenda y de manejo del tiempo se tuvo que retirar”, relata Sonia.
«Era una niña que siempre me pedían cuando necesitaban una pareja para el baile del sanjuanero en algún evento, eran ella y su parejo Jhonny Medina Villalba los que nos representaban”, destaca.
Alejandra Arévalo alcanzó a realizar participaciones nacionales e internacionales con el ballet de Sonia Gómez, en países como México, Brasil, Estados Unidos, España e Italia. Fue imagen de un festival por parejas en Brasil y aunque no pudieron viajar, se autorizaron sus fotos para promocionar un festival en Portugal.
Son muchas participaciones y recuerdos que le permiten a Sonia Gómez decir que la danza es una empresa que les permite a jóvenes formarse, viajar, realizar sus proyectos de vida. Muchos de los integrantes del Ballet, hoy en día viven en Estados Unidos o en Europa, cuenta Sonia con orgullo.
También es motivo de orgullo tener a las soberanas actuales como son Alejandra, que además de reina Internacional del Joropo es Virreina Departamental del Bambuco, y a la actual señorita Neiva Ana María Palomar.
Una mujer agradecida en la vida
La otra cara de esta historia la tiene Alejandra Arévalo Solano, quien coincide con Sonia Gómez en que su paso por la academia y por el Ballet, la ayudaron a crecer como persona y a forjar la profesional que es hoy en día.
En sus recuerdos también está ese primer día, en que siendo muy niña llegó con mucha energía, pero ante todo con muchas ganas de aprender a bailar.
“Agradezco inicialmente a mis padres que me ingresan a la Academia de Sonia Gómez, apenas tenía tres años, allí inicio un proceso de formación, como a los dos años asciendo al Ballet, en donde la formación es más estricta, lo que más me gustó fue la preparación integral con que lo forman a uno no solo como buen bailarín, sino inculcándole ser buena persona, ser ese ser integral», manifiesta la Reina Internacional de Joropo.
«Además, tuve mis primeras experiencias, dentro de las que recuerdo mi primer viaje que fue al municipio de Garzón, me hizo adquirir responsabilidad, para ser siempre muy buena en lo que hago, es decir, siempre mantenerse pulcra, peinado, maquillaje y desestresarme al momento de bailar. Todo es como un complemento que me hace ser la mujer que soy», dice Alejandra.
«Agradezco a Sonia Gómez porque gracias a su Ballet y a ella como persona, su liderazgo y su tenacidad siempre ha sido un ejemplo a seguir para mí, en este caso porque me impulsó y me ayudó a alcanzar muchos sueños, que ella conocía. No solo se enfocó en que creciera como bailarina profesional, sino que todo lo que aprendí me sirve para la vida. Por eso soy agradecida porque a través del arte he podido cambiar mi vida, especialmente transformarla a la dirección que yo me he propuesto”, comenta la joven huilense.
Han sido muchas las experiencias juntas no solo a nivel departamental y nacional, sino también al poder representar al país en el exterior, en festivales como el de Zacatecas en México, en el año 2014, viajar a Brasil, a España. “Eso nos permitió mostrar nuestra identidad como opitas, que al sanjuanero huilense realmente las personas lo aman, pero a la par mostrar mucho folclor colombiano. Mostrábamos el folclor del Llano, del Pacífico, del Atlántico, todo esto hace que uno sienta más amor por su patria y más cuando se muestra a nivel internacional”, agrega Alejandra.
“Son experiencias que lo forman a uno y que se quedan para toda la vida, además a la par pude participar en muchos reinados, el infantil a nivel Intercolegiados, el departamental, del Bambuco, que a la postre me llevaron a la corona del Reinado Internacional del Joropo”, reconoce.
“Todo se lo debo a una formación artística, a los dones que Dios me ha dado y por supuesto a esa formación que he recibido. En todo ese proceso de formación, al igual que para otras niñas, por el tiempo que pasábamos, por las instrucciones que recibíamos y por los concejos que nos daba, Sonia se convirtió como en nuestra segunda mamá, además en los viajes era la que estaba pendiente de nosotras”, señala Alejandra Arévalo.
A pesar de que ya no pertenece al Ballet, por diversas razones como los estudios, la profesión, Alejandra dice conservar una amistad y el amor que las une con su maestra de danzas. “Lo que soy hoy, una artista, eso se lo debo a ella» concluye.
