En esta nueva realidad que vivimos, no solamente los tres sectores productivos de la economía en Colombia y sus actividades económicas están amenazadas en su sostenibilidad, sino también en gran medida lo está el sector de la Economía Solidaria y especialmente las ESAL llámense, asociaciones, corporaciones, fundaciones u organizaciones de voluntariado, a las cuales involucra no solo la sostenibilidad financiera y económica, sino también la legal ante las instancias de registro y control, la administrativa y la sostenibilidad social, entendida esta última como la presencia de los problemas sociales y la necesidad de contribuir con el Estado para solucionarlos, como ejercicio de deber y derecho ciudadanos.
Aclarando términos, la sostenibilidad se define como la capacidad de la organización de tener una vigencia y continuidad en el tiempo, más allá de las adversidades, vicisitudes y transformaciones de los contextos locales y globales”, y agregamos, continuando los programas, proyectos y actividades para sus grupos de interés cumpliendo la misión que le es propia.
Para lograr la sostenibilidad, las ESAL deben: organizarse institucionalmente con énfasis en la participación y el liderazgo colectivo; establecer formalmente sus procesos de trabajo; planear a mediano y largo plazo, evaluar y retroalimentar la ejecución; estructurarse administrativamente de manera que las metas se cumplan con eficiencia, efectividad y contar con sistema contable que permita total transparencia y cumplimiento en la rendición de cuentas; ofrecer servicios a partir de la realidad socio-económica y según la demanda; revisar su relación con los diferentes actores del entorno, la cooperación y ayuda mutua con sus pares, con las entidades del Estado, la población beneficiaria, otros sectores sociales y productivos, organizaciones internacionales ( redes, alianzas, consorcios)
El término “ sin ánimo de lucro” en Colombia significa que todos los recursos económicos recibidos por concepto de donación, producto de sus servicios, rendimientos, posibles excedentes sociales ( no ganancias) , deben ser invertidos en el cumplimiento de su Misión y objetivos y no pueden ser distribuidos entre los socios, correspondiendo a la asamblea determinar su aplicación, porque si bien la acción es gratuita y voluntaria, requiere para su funcionamiento y progreso que la ESAL cuente con recursos económicos e institucionales para financiar los costos básicos en que incurre, que impulsen y faciliten ese significativo trabajo que aporta al mejoramiento de las condiciones de vida de la población objetivo.
Una institución de servicio, proyectada a la comunidad y sostenible, incluye en sus planes un área y un equipo especializado para la recolección de fondos que servirán para la creación y ampliación de programas, posibilitar mejoras locativas, compra de equipos, investigaciones etc.
En nuestro departamento existen numerosas ESAL que en estos últimos 10 años ven amenazada su sostenibilidad debido entre otras causas a: la centralización de los recursos para proyectos sociales por parte del Estado, las licitaciones nacionales que restan opción a las ESAL regionales, sin hablar de otras razones políticas y éticas. Hoy existe la coyuntura de que el gobierno requiere desarrollar proyectos sociales dirigidos a la población vulnerable y necesitan imperativamente de las organizaciones sociales; he aquí una oportunidad que las ESAL deben aprovechar estratégicamente haciendo acercamientos y conociendo a fondo los planes de gobierno nacional, regional y local.