Uno de los eslabones que conformará la estructura del comercio exterior en el 2023 es la sostenibilidad, sin embargo, durante este período la incertidumbre también seguirá presente como flagelo de los choques macroeconómicos que sucedieron este año. Este apartado de la sostenibilidad se vislumbra como clave en el futuro cercano en aras con los esfuerzos de los países y distintas industrias por aumentar la descarbonización de las industrias y de cada etapa que las componen.
No obstante, antes de siquiera pensar en lo que está por venir, el sector enfoca sus esfuerzos en cerrar el 2022, un año donde se esperaba que las dinámicas se estabilizaran, como por ejemplo el costo de los fletes. Si bien fue así, sucedió con dos fenómenos particulares que aumentaron sus temores: los cierres forzados por la política de covid-cero en China, despensa de manufacturas del mundo y la invasión de Rusia a Ucrania. Incluso, tal como lo señaló la Organización Mundial del Comercio (OMC), se espera que la dinámica para el comercio mundial se desacelere en lo que resta del año 2022. Una desaceleración que va en línea con el más reciente barómetro de la entidad.
El indicador de la organización comercial se situó en 96,2 puntos, una ralentización de 3,8 puntos frente a la medición de agosto de 100. A su vez, se confirma así la desaceleración desde el 105,5 punto que marcó en agosto de este año. Este resultado estaría en línea con la proyección de la entidad de un crecimiento del volumen del 3,5% en 2022 y de 1% en 2023, explicado por la desaceleración en la demanda. Javier Moreira, gerente general de la naviera francesa CMA CGM, seccional México, explicó que el comercio mundial este año contó con una alta demanda a principios de año, como se venía presentando hacia finales de 2021, por la alta petición de las cadenas de retail.
Explicó además el ejecutivo que, para el próximo año entran en vigor unas nuevas normativas de la Organización Marítima Internacional sobre los protocolos para el control de las emisiones de CO2 por parte de las compañías navieras que, según la Unctad, subió 4,7% entre 2020 y 2021.
Finalmente, dada la escasez del biocombustible y su precio, es muy probable que las navieras terminen reduciendo la velocidad de los barcos para cumplir con los estándares solicitados. Así lo asomó en agosto el CEO de Maersk, Soren Skou.