Por: Alfonso Vélez Jaramillo
La mejor solución para conjurar crisis que afecta a la Universidad Surcolombiana, es que el presidente de la república designe a su representante ante el Consejo Superior, lo más pronto posible.
El actual Germán Melo, ha sido acusado de promover acciones en contra de la institucionalidad, al punto de que no existe paz política ni respeto por las ideas ajenas, inclusive, ni los mismos funcionarios se tienen confianza.
Voceros de la sociedad huilense preocupados por esta dramática situación están solicitándole de manera urgente al Presidente Gustavo Petro, que en uso de su competencia constitucional, nombre a su representante, para equilibrar las cargas y recobrar la normalidad administrativa y académica en esa institución.
El Consejo Superior de la USCO, es el máximo organismo de dirección y gobierno, tiene la función de definir las políticas y la planeación, además de la organización académica, administrativa y financiera, de acuerdo con todos los estamentos, pero esto no debe ser para perseguir a nadie en particular.
La crisis de la universidad no se puede tapar con un dedo, ha sido generada por decisiones sin consultar el interés colectivo y el desconocimiento del voto mayoritario en las elecciones estamentarias, aupados por el poder político de unos cacicazgos internos y ahí están los resultados.
Recuerden, la rectora Nidia Guzmán Durán, fue suspendida del cargo de manera arbitraria por persecuciones políticas. Luego el Consejo de Estado decidió a su favor un proceso y la funcionaria debió ser reintegrada por el Consejo Superior, que, a regañadientes, en una clara desviación de poder está desconociéndole su periodo personal completo de ejercicio efectivo de su dignidad como rectora (4 años o 1.460 días).
Ahora, no contentos con sus desaciertos, los consejeros apuntaban a designar un rector encargado porfiando de manera unilateral en que el periodo de la titular Guzmán Durán, finalizaba el pasado 3 de octubre de 2022, hecho frenado a tiempo por el Tribunal Administrativo del Huila, quien les ordenó abstenerse de hacerlo bajo la advertencia de incurrir en una ilegalidad.
El absurdo jurídico se frustró en una medida cautelar preventiva al Consejo Superior Universitario de la USCO de “abstenerse de convocar a nuevas elecciones de rector, hasta que se resuelva de fondo una demanda de nulidad y restablecimiento del derecho y de ejercicio efectivo del cargo”, contra la mencionada Acta, interpuesta por la rectora.
Lo que implica que continuará desempeñando su cargo conforme lo señala el tribunal, en su pronunciamiento de este 22 de septiembre.
El Tribunal fue categórico: “y en caso de haberse convocado, entiéndase suspendida la misma”, de lo contrario se hubiera alargado la penosa inestabilidad administrativa de los últimos años en la universidad, como si no les hubiera bastado los cuatros procesos judiciales que han perdido contra la misma funcionaria, tratando de sacarla de la rectoría.
Advertí que si lo hacían vendrían otras demandas que lesionarían la normalidad y las finanzas de la institución, pues la rectora tendría vocación para demandar los salarios dejados de percibir y sus perjuicios, por haber estado más de dos años fuera del cargo, ganado en las consultas estamentarias, desconocido por el Consejo superior.
En un comentario que hice, posteriormente borrado por manos siniestras, afirmé que no creía que el Consejo Superior de la Universidad Surcolombiana USCO, fuera capaz de tanto contra el derecho, con relación al disparate de algunos de sus miembros de sacar como a diera lugar a la rectora Nidia Guzmán Durán.
Ellos mismos, y no lo pueden desmentir, según el Acta N° 043 del CSU del 26 de noviembre de 2021, tomaron la determinación de posesionarla solo hasta esa fecha, luego de verse obligados al reintegrada al cargo por orden del Consejo de Estado.
Da la impresión de que están desdeñando como y en que se circunstancia se designa o se puede remover al rector en la forma que prevén los estatutos, sin avasallar a las personas y respetando la voluntad de las mayorías expresada en la consulta estamentaria universitaria.
Y no es un es un secreto, están siendo aupados por el profesor de la misma universidad Alfredo Vargas Ortiz, acusado de ser la cabeza de las cuatro derrotas consecutivas, convirtiéndose en uno de los más visibles generadores de la inestabilidad en la USCO, quien, paradójicamente, con todo ese compendio de derrotas pretende ser el rector.
Inexplicable que “Alfredito”, como lo conocen sus amigos, doctor en derecho, quiso ponerle palos a la carrera de la justicia para dilatar la situación, con la ficción de que “…el proceso contra la universidad durará varios años”, su declaración activó las alarmas y los reclamos ante el tribunal, porque se infiere que se proponían violar los derechos de la rectora y el de sus electores.
“Alfredito”, desde hace algunos años ha querido ser rector de la Usco, es uno de los más activos dirigentes laraficofajardouribistas, que apoyó en el Huila al derrotado excandidato a la vicepresidencia Rodrigo Lara Sánchez, quien lo nombró secretario de despacho cuando fue alcalde de Neiva.
El mismo profesor obstinado en ser candidato a la rectoría estaba pregonando que el 3 de octubre de 2022 finalizaba el periodo de la profesora Nidia Guzmán Durán como rectora de la Usco, por cuya razón, a partir de ese momento el Consejo Superior debía nombrar un nuevo Rector encargado y estudiar la convocatoria de un nuevo proceso de elección de Rector en propiedad para los próximos 4 años, pero no contaba con la intervención del tribunal administrativo del Huila, como se lo advertí.
