DIARIO DEL HUILA, ECONOMÍA
Por: Rolando Monje Gómez
De acuerdo al Tercer Reporte de Economía Circular el consumo promedio en el país sumó dos millones de terajulios. Se evaluaron 24 indicadores que miden el impacto del sector productivo en el medio ambiente y los recursos naturales.
La energía aporta al crecimiento económico, la equidad social y la sostenibilidad ambiental. Por esta razón es vital conocer la energía consumida de manera directa e indirecta por los diversos agentes económicos, identificando la composición y patrones de consumo, entre otros.
Dentro del componente de demanda de activos ambientales y servicios ecosistémicos el Tercer Reporte de Economía Circular, adelantado por el Dane, encontró que en 2019 “hubo un aumento de 0,69 terajulios con respecto a 2018. En este año, la población creció a una tasa de 2,36% mientras que el consumo interno de energía se incrementó en 3,77%”.
De igual forma, el documento señala que la industria manufacturera aporta 53,3% del consumo total de energía, mientras que el suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado aporta un 28,6%.
Por otro lado, la disponibilidad de reservas de carbón pasó de una proyección de 73 a 114 años debido a una reducción en la tasa de explotación de este recurso, mientras que las reservas de gas natural y petróleo tienen una proyección de 7 y 6 años respectivamente.
De acuerdo con los resultados de la Cuenta Ambiental y Económica de Flujos de Energía, la canasta de productos energéticos del país, está conformada por: carbón mineral, petróleo, gas natural, productos derivados del petróleo (gasolina de aviación, gasolina de motor, queroseno, diésel oil Acpm, fuel oil No. 6 y gas licuado de petróleo), productos derivados de la biomasa (alcohol carburante, bagazo y leña) y electricidad.
Este indicador representa la cantidad de energía consumida en terajulios por cada mil habitantes, y registra la presión que ejercen los mismos sobre los recursos desde el consumo interno. En los casos en que el consumo de energía de un periodo a otro aumenta más que el tamaño de la población, se presenta ineficiencia en el consumo de los energéticos; de mantener este comportamiento, el resultado es un agotamiento cada vez más rápido de los recursos naturales.
En 2019 el consumo de energía por cada mil habitantes fue de 50,22 terajulios, registrando un aumento de 0,69 terajulios con respecto a 2018. En este año, la población creció a una tasa de 2,36% mientras que el consumo interno de energía se incrementó en 3,77%.
Actividad económica y hogares
En 2019, el consumo intermedio de los productos energéticos utilizados por las diferentes actividades económicas en el país sumó 2,0 millones de terajulios (Tj). Entre estos productos se encuentran el carbón, el petróleo y el gas, algunos subproductos derivados del petróleo (gasolina motor, queroseno, diésel y fuel oil), gas licuado de petróleo y productos cuyo origen es la biomasa; así como la energía eléctrica.
La actividad económica que presentó la mayor participación en el consumo de productos energéticos fue industrias manufactureras con 53,3%, seguido de la actividad de suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado con una participación porcentual del 28,6%, en menor proporción se encuentran las actividades de comercio al por mayor y al menor con 8,1%, administración de bienes y servicios para su uso propio.
Este indicador presenta la participación del consumo de cada producto energético dentro del consumo total de energéticos por los hogares. A partir del indicador se puede evidenciar, en un horizonte de tiempo, si los hogares incrementan o disminuyen la demanda por cada tipo de producto. En 2019 los hogares consumieron en total 481.789 terajulios de productos energéticos, dentro de los cuales gasolina, leña y electricidad representaron el 81,15%.
Consumo per cápita de leña
Este indicador representa las toneladas anuales de leña consumida por cada mil habitantes y es calculado para el consumo total, el consumo final de los hogares y el consumo intermedio. Adicionalmente, el consumo final de los hogares es desagregado por cabecera municipal y centros poblados y rural disperso.
Los resultados obtenidos evidencian una disminución de 9,2% en el consumo de leña para 2019 al pasar de un consumo per cápita total de 132,77 toneladas por cada mil habitantes en 2018 a 120,61 t/mil habitantes en 2019P.
De igual forma, el análisis entre 2018 y 2019 para el consumo final de los hogares y el consumo intermedio, muestra un decrecimiento de 9,9% y un crecimiento de 5,8% respectivamente, al pasar de 126,87 t/mil habitantes a 114,37 t/mil habitantes para el primero y de 5,90 t/mil habitantes a 6,24 t/mil habitantes para el segundo.
La desagregación del consumo final de leña en los hogares muestra que durante 2019 se consumieron 13,34 t/mil habitantes en la cabecera municipal y 430,26 t/mil habitantes en los centros poblados y rural disperso, lo que representó un decrecimiento de 10,2% y 8,8% en el consumo, respectivamente.
Participación porcentual del consumo intermedio de productos energéticos por actividad económica.
