La subsecretaria de Estado de EE.UU. para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, se reunió con algunos de los líderes de la junta militar que gobierna Níger tras el golpe de Estado.
La diplomática explicó que se había reunido durante unas dos horas con el autoproclamado jefe de Defensa de la junta, Moussa Salaou Barmou, y otros tres generales que le apoyan.
Según Nuland, Barmou ha mantenido a lo largo de su vida una relación cercana con Estados Unidos por haber ejercido como jefe de las fuerzas especiales de Níger, por lo que ha trabajado en coordinación con las fuerzas armadas estadounidenses.
«Espero que mantengan la puerta abierta a la diplomacia. Hemos hecho esa propuesta. Sus ideas no concuerdan con la Constitución. Eso sería difícil en términos de nuestra relación si ese es el camino que toman, pero les dimos varias opciones para seguir hablando y esperamos que nos acepten», ha explicado Nuland.
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La subsecretaria interina del Departamento de Estado ha revelado que se dirigió a Níger tras haber visitado Sudáfrica, Costa de Marfil y la República Democrática del Congo entre el 29 de julio y el 4 de agosto, en una gira por África que ya había sido anunciada anteriormente. Su viaje a Níger se había mantenido en secreto hasta ahora.
Señaló que su petición de reunirse con el presidente destituido, Mohamed Bazoum, así como con el líder de la junta militar, el general Abdourahmane Tchiani, había sido rechazada. «Así que nos vimos obligados a depender de Barmou para volver a dejar claro lo que está en juego», subrayó.
Desde el golpe de estado del pasado 26 de julio, Estados Unidos ha afirmado mantener abiertas las vías para el diálogo, pero también ha intentado ejercer presión sobre la junta militar, congelando más de 1.000 millones de dólares en programas de asistencia al gobierno hasta nuevo aviso.