En un contexto donde Colombia enfrenta una marcada reducción en las tasas de natalidad, el departamento del Huila mantiene cifras comparativamente altas. Esta situación plantea interrogantes sobre los factores que podrían estar influenciando los nacimientos en la región y también la relevancia de aspectos culturales arraigados, condiciones económicas locales y cambios sociales.
DIARIO DEL HUILA, INFORME
POR: ALEJANDRO POLANCO
Colombia atraviesa una etapa compleja en términos de natalidad. Según datos recientes del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en 2023 se registraron 510.746 nacimientos en el país, una disminución de 58.563 respecto al año anterior. Esta tendencia negativa se ha intensificado en 2024, con una reducción del 14,6% en los nacidos vivos hasta abril, comparado con el mismo periodo de 2023. Este año ha registrado el menor número de nacimientos en la última década.
Desde finales de la década anterior, la caída en la natalidad ha sido constante. Bogotá, ciudad con más nacimientos en el país, experimentó una disminución del 25,7% en 2022 en comparación con 2018. En contraste, departamentos como Guainía y Vichada han mostrado incrementos del 59,1% y 34,1% respectivamente, aunque sus números totales de nacimientos siguen siendo bajos en 2024.
Este fenómeno no es exclusivo de Colombia las Naciones Unidas ha señalado que muchos países están preocupados por la disminución de las tasas de natalidad. Aproximadamente dos tercios de la población mundial viven en áreas donde la fertilidad no alcanza el nivel de reemplazo de 2,1 nacimientos por mujer, cifra necesaria para mantener la población estable.
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Una década a la baja
El análisis del Dane reveló que la natalidad ha estado disminuyendo constantemente desde 2014. Ese año, el país registró 669.137 nacimientos, cifra que ha ido reduciéndose año tras año, con 569.311 nacimientos en 2021 y 510.748 en 2022. “Durante el primer cuatrimestre de este año hubo una caída histórica teniendo en cuenta la tendencia de la última década”, subrayó la entidad.
Entre los resultados del Dane, se destacó que los departamentos de San Andrés y Providencia, así como Vaupés, son los lugares con menor número de nacimientos, con solo 608 y 685 respectivamente en 2023, aunque son zonas con baja densidad poblacional.
El Huila en el contexto de la natalidad
A pesar de la tendencia nacional a la baja, el departamento del Huila mantiene un número significativo de nacimientos en 2024. Según datos del Dane, el Huila registró 4.477 nacimientos hasta la fecha. Neiva, la capital del departamento, lidera con 1.416 nacimientos (704 niños y 712 niñas). Otros municipios como Pitalito (642 nacimientos), Garzón (256 nacimientos) y La Plata (302 nacimientos) también presentan cifras destacables.
Nacidos en el departamento del Huila en lo corrido del 2024 por municipios:
– Neiva: 1.416 (704 niños, 712 niñas)
– Acevedo: 144 (75 niños, 69 niñas)
– Agrado: 29 (13 niños, 16 niñas)
– Aipe: 66 (36 niños, 30 niñas)
– Algeciras: 81 (38 niños, 43 niñas)
– Altamira: 13 (4 niños, 9 niñas)
– Baraya: 14 (8 niños, 6 niñas)
– Campoalegre: 112 (62 niños, 50 niñas)
– Colombia: 27 (16 niños, 11 niñas)
– Elías: 13 (7 niños, 6 niñas)
– Garzón: 256 (132 niños, 124 niñas)
– Gigante: 79 (35 niños, 44 niñas)
– Guadalupe: 87 (51 niños, 36 niñas)
– Hobo: 28 (14 niños, 14 niñas)
– Íquira: 58 (22 niños, 36 niñas)
– Isnos: 90 (53 niños, 37 niñas)
– La Argentina: 52 (31 niños, 21 niñas)
– La Plata: 302 (151 niños, 151 niñas)
– Nátaga: 41 (21 niños, 20 niñas)
– Oporapa: 57 (29 niños, 28 niñas)
– Paicol: 23 (7 niños, 16 niñas)
– Palermo: 96 (58 niños, 38 niñas)
– Palestina: 36 (21 niños, 15 niñas)
– Pital: 49 (25 niños, 24 niñas)
– Pitalito: 642 (336 niños, 306 niñas)
– Rivera: 75 (39 niños, 36 niñas)
– Saladoblanco: 68 (31 niños, 37 niñas)
– San Agustín: 104 (55 niños, 49 niñas)
– Santa María: 45 (29 niños, 16 niñas)
– Suaza: 106 (56 niños, 50 niñas)
– Tarqui: 72 (36 niños, 36 niñas)
– Tesalia: 26 (11 niños, 15 niñas)
– Tello: 48 (28 niños, 20 niñas)
– Teruel: 22 (7 niños, 15 niñas)
– Timaná: 74 (40 niños, 34 niñas)
– Villavieja: 11 (6 niños, 5 niñas)
– Yaguará: 15 (10 niños, 5 niñas)
Posibles explicaciones de la disminución Nacional
Ángela Vega-Landaeta, doctora en demografía y profesora de la Universidad Javeriana, señaló que “la transición de la fecundidad ya se está dando; lentamente y de manera rezagada con respecto al resto del país, pero se está dando”. La baja natalidad se debe a varios factores, entre ellos:
Modernidad y Desarrollo: El avance tecnológico y la urbanización han cambiado las prioridades y estilos de vida de las personas, llevando a decisiones de retrasar o tener menos hijos. Las comodidades y oportunidades que ofrece la vida moderna, especialmente en áreas urbanas, a menudo hacen que las personas opten por familias más pequeñas.
Autonomía y Emancipación de las Mujeres:Con el aumento de la educación y la participación laboral femenina, muchas mujeres están optando por tener menos hijos o retrasar la maternidad. La posibilidad de seguir una carrera y alcanzar metas personales y profesionales ha llevado a muchas mujeres a postergar la maternidad.
Acceso al Mercado Laboral: La falta de acceso al mercado laboral para las mujeres embarazadas y la falta de garantías para combinar maternidad y trabajo contribuyen a la baja natalidad. La dificultad para encontrar y mantener un empleo durante y después del embarazo es un factor desmotivante significativo.
Protección Judicial: La falta de apoyo judicial y social para las mujeres que crían hijos solas es un desmotivador significativo. La protección judicial es otro componente desmotivante; a la mujer se le deja sola con la crianza. Las obligaciones legales que tienen los hombres con los hijos son irrisorias por tanto el desequilibrio en la responsabilidad parental añade una carga adicional a las madres, influyendo en sus decisiones sobre la maternidad.
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El Huila se mantiene
A pesar de la tendencia nacional, el Huila se mantiene como uno de los departamentos con mayor número de nacimientos debido a varios factores tanto positivos como negativos:
Fuerte Identidad Cultural y Familiar: El Huila tiene una cultura de conservación arraigada que valora la familia y las tradiciones, lo cual puede influir en decisiones de tener más hijos. Las familias numerosas son comunes y se perciben como un pilar de la sociedad.
Desarrollo Económico Relativo: Aunque el Huila no es uno de los departamentos más ricos, ha visto un desarrollo económico que ha permitido a muchas familias mantener una vida estable. La agricultura, especialmente el café, y gran número de comerciantes independientes han contribuido a una economía local más resiliente.
Iniciativas locales de salud y bienestar escasas: La falta de acompañamiento y programas de prevención por parte del gobierno departamental y las alcaldías locales en el Huila podrían señalarse como un factor que influye en su posición como uno de los departamentos con mayor número de nacimientos a nivel nacional.
Estrategias educativas y sociales: La insuficiencia de programas de educación y prevención familiar, contribuyen a una tasa de natalidad más alta sin los recursos necesarios para garantizar un desarrollo demográfico equilibrado y sostenible.
Comparativa Internacional
Este fenómeno de disminución de la natalidad no es único en Colombia; muchos países alrededor del mundo enfrentan situaciones similares. Naciones Unidas ha advertido que la baja tasa de natalidad es una preocupación creciente a nivel global. Aproximadamente dos tercios de la población mundial viven en áreas donde la fertilidad no alcanza el nivel de reemplazo de 2,1 nacimientos por mujer, cifra necesaria para mantener la población estable.
Piedad Urdinola, directora del Dane, explicó que “la baja en la natalidad es una tendencia que viene en decaimiento y se ha profundizado de forma más aguda”. Esto resalta que, aunque la pandemia tuvo un impacto significativo, la disminución de la natalidad ya era una tendencia observable antes de esta crisis sanitaria.
La posición del Huila como uno de los departamentos con una sostenida tasa de natalidad en Colombia revela tanto oportunidades como desafíos significativos. Si bien esta situación podría interpretarse inicialmente como un indicador positivo de vitalidad demográfica, también refleja las profundas inequidades y deficiencias junto con la insuficiente inversión en educación y prevención familiar, barreras que limitan el desarrollo sostenible y equitativo.
