La sociedad mundial se encuentra muy preocupada por la escalada bélica en algunos países del Medio Oriente, por el aumento de la intensidad del conflicto que se ha suscitado por los ataques que se han presentado contra Israel, desde que se presentó la masacre terrorista contra 1.400 israelitas por el grupo terrorista de Hamás, cuando participaba en un concierto por la paz. La reacción del gobierno judío no se hizo esperar. La invasión contra la franca de Gaza, por parte del ejercito israelí, ha dejado más de 40 mil muertes, con el fin de rescatar a algunos rehenes que todavía se encuentran en poder de esta organización terrorista. Simultáneamente este país, ha atacado algunas bases estratégicas que se encuentran ubicadas en el Líbano. La tensión escaló luego de los ataques selectivos de Israel en los que abatieron a gran parte de la dirección de Hezbolá, entre ellos su líder Hasán Nasralá. El régimen iraní, aliado del grupo terrorista libanés, prometió que vengaría los bombardeos y sus consecuencias. Y esta promesa no se hizo esperar. El martes anterior, Irán disparó cerca de 200 misiles balísticos contra Israel, los cuales fueron repelidos por el escudo de hierro en un 99%, pero que dicha escalada amenaza con ampliar la guerra en Oriente, en los próximos días.
El ejército de Israel ha expresado que tomaría represalias, aunque no se conoce la fecha, ni la hora cuando se inicie este ataque a Irán, lo cual puede generar un mayor recrudecimiento del conflicto en el Medio Oriente. Las potencias mundiales encabezadas por Estados Unidos están trasladando sus equipos y su infraestructura militar para defender a Israel de cualquier nuevo ataque con misiles al pueblo judío. Se desconoce la hora y la fecha, cuando este país inicie su ofensiva militar contra Irán, en respuesta al ataque salvaje que se presentó hace dos días contra el pueblo israelita.
Igualmente hay que recordar que Netanyahu lidera una nación democrática, que sin embargo cayó en un régimen ultraderechista que ha cometido crímenes de guerra en la Franja de Gaza. Al otro lado está Irán, una autocracia religiosa que tiene sometido a su pueblo y se ha dedicado a exportar terrorismo por el mundo, buscando desestabilizar el planeta, y no reconoce a Jerusalén. Ambos están en guerra que se ha vuelto visible entre ellos, y en terceros países a través de operaciones encubiertas. Todo lo anterior se convierte en un detonante para que se siga aumentando las posibilidades de una guerra entre los países que conforman esta parte del territorio mundial. Una confrontación directa sería catastrófica para la región y el mundo entero. El contexto que no puede olvidarse en esta coyuntura es que se están afectando los precios del petróleo y sus efectos nefastos para los indicadores económicos en las bolsas de valores del mundo.