La noche del viernes, Marruecos se vio sacudida por poderoso terremoto de magnitud 6,8 dejando cifras devastadoras.
Hasta el momento, las autoridades informan que más de 2.000 personas han perdido la vida como resultado de este trágico evento.
Según datos proporcionados por el Ministerio del Interior marroquí, el número de víctimas mortales se elevó a 2.012 personas, mientras que 2.059 personas resultaron heridas en la catástrofe. El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) reportó que el sismo se originó a una profundidad de 18,5 kilómetros y tuvo su epicentro a 71 kilómetros al suroeste de Marrakech, a las 11 de la noche, hora local.
La comunidad internacional ha respondido con solidaridad ante esta tragedia. El Banco Mundial expresó su apoyo al pueblo marroquí, declarando: «Nuestros corazones están con el pueblo marroquí, que está sufriendo los devastadores efectos de este terremoto. Ofrecemos nuestro apoyo total tras esta catástrofe«.
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Varios países, incluyendo España, Reino Unido, Italia, Israel y Estados Unidos, han ofrecido su ayuda y apoyo en las labores de rescate. Las operaciones de búsqueda y rescate están en marcha, con equipos de emergencia trabajando incansablemente para encontrar sobrevivientes atrapados entre los escombros.
Pronunciamiento de Colombia
El Gobierno de Colombia también se ha unido a las muestras de solidaridad, expresando su apoyo al Gobierno de Marruecos. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, manifestó su pesar por las pérdidas humanas y materiales, deseando una pronta recuperación para las víctimas y la normalización de las ciudades afectadas. Petro declaró: «Toda mi solidaridad al pueblo de Marruecos en esta tragedia. Estamos atentos a cualquier solicitud de ayuda que su gobierno nos haga en estos momentos«.
El evento sísmico, según lo conocido, no dejó víctimas colombianas.
Mientras continúan las labores de rescate y se evalúan los daños, la comunidad internacional permanece unida en su apoyo a Marruecos y en su compromiso de ayudar a los afectados a reconstruir sus vidas en medio de esta devastación sin precedentes.
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