Hoy el mundo vive un momento donde la incertidumbre en temas como la salud, economía, tecnología, seguridad y la geopolítica ocupan espacio en los diferentes medios de comunicación mundial, nacional y regional.
Estados Unidos y Rusia mantienen tensionado a Europa y Asia, por no decir que, al mundo, frente a la posible invasión de Rusia a Ucrania, lo cual mueve tenciones que generan decisiones, políticas, económicas y de protección o ataque militar, lo cual forja en la economía mundial variables que, junto a la dinámica petrolera, al manejo de la tasa de cambio, incluso al consumo e implementación de bienes y servicios, así como la puesta en marcha de nuevos avances tecnológicos.
También genera incertidumbre la implementación de la tecnología 5G, la cual hizo que se mantengan algunas prevenciones en el tráfico aéreo y a la espera de las reacciones que ello pueda generar frente a su ejecución y posibles conflictos tecnológicos, los cuales ponen a prueba la efectividad, conectividad, uso y mejoramiento de los servicios.
Venezuela vive hoy, más allá de la crisis que tiene sumida a nuestra hermana y vecina república, la imposición por años de un régimen donde la democracia perece, pero que con el instinto de sobrevivencia y pataleo de quien agoniza, saca fuerzas para proponer un referendo revocatorio como una carta de salvación y salida a la profunda crisis que vive. Sumado a eso la seguridad del continente que se ve amenazada por las relaciones oscuras que tiene el régimen de Maduro con Rusia, Irán, China y otros países del oriente medio que son conocidos por su carrera armamentista e injerencia política en los diferentes regímenes que hoy se visualizan en Latinoamérica, ponen sobre la mesa una intervención militar por parte de Estados Unidos y sus aliados.
Las amenazas naturales que van desde los terremotos, erupciones, asteroides, tormentas, maremotos, continuos deslizamientos de tierra, en fin el mismo cambio climático, generan incertidumbre en la humanidad, lo que sumado a esa gran catástrofe como es el COVID 19 y sus variantes, mantienen en vilo la humanidad y un tema de perplejidad de nunca acabar; ya hace dos años y con todo el desarrollo de vacunas, no se minimiza tal amenaza, más cuando la inconciencia, falta de compromiso colectivo no genera la solidaridad y responsabilidad requerida para buscar mitigar de una vez por todas esta terrible amenaza.
Incertidumbre es salir a la calle, hacer inversión; la latente amenaza de la delincuencia no para y hace que la vulnerabilidad ciudadana registre mayor crisis, el alto desempleo, la inflación, los altos costos de producción, comercialización de nuestros productos agropecuarios y una economía de consumo inestable y critica.
No podríamos dejar a un lado la inestabilidad política del país que aportas de las elecciones a congreso y una vez pasada las recientes movilizaciones sociales cargadas de verdades, esperanzas, compromisos, odios y división de una sociedad incrédula, indisciplinada, intolerante, con una gran incertidumbre para elegir entre los que hablan y prometen hacer y nunca han hecho nada y los que habiéndolo hecho están seguros que aún falta mucho; en mi caso acudo a la cita bíblica que dice, “por sus obras los conoceréis” y lo que siempre me inculcaron en casa, “el camino si es la educación”. Además, es responsabilidad como región, de que el Huila no podrá quedarse sin voz.
