Algunos municipios del departamento del Huila han empezado a sentir la presencia de la organización narcoterrorista de las disidencias de las Farc, Joselo Losada, donde han irradiado su accionar subversivo, intimidando a sus residentes, mediante la carnetización, cobro de vacunas, imponiéndoles horarios a los establecimientos comerciales, restricción en la circulación vehicular, entre otras, exigencias, que ante la falta de la presencia del Estado, les toca acatar estas órdenes, sin discusión alguna. Tal situación la empezaron a vivir los habitantes del corregimiento Valencia de la Paz, en jurisdicción del municipio de Iquira. Ayer, los estudiantes de esta localidad no fueron a estudiar, por el temor a ser reclutados por la guerrilla que comanda Iván Mordisco. Hemos venido siendo reiterativos que, ante la fracasada política del actual gobierno nacional, de La Paz Total, la sociedad colombiana, se encuentra inerme producto del debilitamiento progresivo que han tenido las Fuerzas Militares y la Fuerza Pública en el país. Desde que asumió el presidente Gustavo Petro Urrego, como primer mandatario de los colombianos, se observa un fortalecimiento de todas las organizaciones subversivas en el territorio colombiano. Colombia ha retrocedido 25 años en materia de seguridad ciudadana.
Hemos sido reiterativos en este medio de comunicación, que mientras persistan las condiciones de pauperización que se están presentando en las familias colombianas, están obligando a algunos de los integrantes de estas organizaciones delincuenciales, que al no tener oportunidades laborales, se dedican a buscar oportunidades en escenarios ilegales, con el fin de encontrar una salida para mejorar temporalmente su calidad de vida y la de sus allegados, mediante la práctica insana de actos ilícitos en el territorio nacional. A pesar de que el gobierno nacional, busca la paz total en todo el territorio nacional, diariamente se están presentando casos de inseguridad ciudadana, donde el Huila, no se sustrae de este flagelo que está permeando el bienestar general de la sociedad huilense.
Diariamente se siguen cometiendo asesinatos colectivos e individuales en las regiones afectadas por este flagelo, porque desbordan la capacidad de respuesta de los debilitados integrantes de la fuerza pública y del ejército que se sienten incapaces para poder contrarrestar este fenómeno que corroe las instituciones democráticas del país. La sociedad colombiana, se siente sorprendida por el accionar gubernamental, contra estas mafias que cada día se fortalecen y están tomando un dominio territorial, como nunca visto. Ya incursionan a plena luz del día, deambulando libremente por las calles de los municipios, sin que exista una respuesta militar. Estas acciones delincuenciales están desbordando la capacidad de respuesta de la Fuerza Pública, lo cual se convierte en una mayúscula preocupación para las autoridades gubernamentales. La percepción de la gente y las cifras oficiales coinciden en que el departamento atraviesa una preocupante etapa de inseguridad que exige respuesta inmediata del Estado.
