Motas de polvo
Por: Ana Patricia Collazos Quiñones
Hoy cuando tantos amigos han muerto por culpa del covid 19, cuando por primera vez sentí miedo de abandonar este plano y dejar sola a mi hija, cuando perdieron valor las banalidades de una fiesta que corona los egos a ritmo de un sanjuanero, me pregunto como poeta, para qué sirve la poesía en este universo donde solo somos una ínfima gota de energía.
Y es entonces, cuando recuerdo esa frase de Carl Sagan, el investigador y gran conocedor de los misterios de la vida, que dejó en sus libros muchas respuestas a tantas preguntas, pero sobre todo, nos dejó preguntas que se convirtieron en certezas. Sagan decía que “Somos polvo de estrellas que piensa acerca de las estrellas.” Pero, sobre todo, recuerdo que su sentencia advertía que “Somos el medio para que el cosmos se conozca a sí mismo”.
Esta referencia me lleva a sentir en esta página que escribo, que la poesía sirve para hacer que valga la pena nuestra condición efímera. De este modo, van tejiendo su respuesta y encontrando sentido, preguntas sobre lo que somos, sobre nuestro propósito en este plano y sobre lo que queda luego de desaparecer.
Y es que la poesía es mucho más de lo que cotidianamente creemos porque es en un poema, donde puede quedar esa energía aparentemente efímera frente a la magnitud del universo. Somos un punto azul pálido en la gran escena del infinito, pero aun así cuando escribimos sobre una emoción o sobre alguien que amamos, nos sentimos inmortales.
La poesía es esa forma de demostrar al universo que vale la pena ser efímeros y diminutos. Es la manera de considerar la vida como la suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos. Es la comunión del amor como respuesta a la evolución del ser. Y mientras, los poderosos están orbitando en torno al dinero y a su capacidad de mando, y mientras muchos están detrás de un arma o detrás de un sentimiento de odio, hay muchos que están pensando en escribir o leer un poema para tranquilizar su espíritu.
Y es entonces, cuando empezamos a entender que de verdad este instante que llamamos vida es prestado. Que lo vivido en este espacio y este limitado periodo de tiempo es pasajero. Que solo nos llevamos lo que hemos amado, reído, sentido y lo que, a nuestro modo de ver, es la poesía de la vida.
Así, cuando entendemos que somos esas motas de polvo filtradas por los rayos de sol a través de las rendijas de la infancia, cuando entendemos que vivir es solo tratar de atraparlas entre risa y rabia, ahí es cuando entendemos que la poesía sirve para hacer un retrato de lo efímero.