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Trabajo infantil en Neiva: Un problema que persiste

Nov 15, 2024

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El trabajo infantil sigue siendo un tema de preocupación en Neiva, donde varios niños y adolescentes se ven atrapados en una realidad que limita sus oportunidades de desarrollo. A pesar de las iniciativas locales que buscan mitigar esta problemática, los retos en términos de prevención y atención integral a los menores involucrados reflejan una situación que afecta tanto a nivel regional como nacional.

DIARIO DEL HUILA, NEIVA

POR: ALEJANDRO POLANCO

En Neiva, muchos niños y adolescentes se ven involucrados en actividades laborales que, además de exponerlos a riesgos, los despojan de su derecho a una educación completa y de calidad. Este fenómeno se da en diversos sectores, especialmente en el comercio informal, las ventas ambulantes y los trabajos en el campo, donde los menores asumen tareas que son ajenas a su desarrollo integral. Según Milton Giovanni Orozco Piedrahita, líder de infancia de la Secretaría de la Mujer, Infancia y Adolescencia de Neiva, el trabajo infantil es una problemática que tiene causas multifactoriales, que incluyen aspectos económicos, culturales y educativos.

El líder de infancia destaca que la falta de recursos y la falta de oportunidades para acceder a una educación de calidad son dos de los principales factores que impulsan a muchos niños y adolescentes a trabajar desde temprana edad. «En muchas familias, el trabajo infantil es visto como una necesidad para poder llevar el sustento a casa, lo que genera un ciclo de pobreza que es difícil de romper», afirmó Orozco Piedrahita. Sin embargo, también subrayó que la solución no pasa solo por erradicar el trabajo infantil, sino por generar un entorno que ofrezca alternativas concretas para que los menores puedan dedicarse a su educación sin verse obligados a trabajar.

Protocolos de prevención y protección

En respuesta a esta situación, la Secretaría de la Mujer, Infancia y Adolescencia de Neiva ha implementado una serie de protocolos de prevención y protección para garantizar que los menores no continúen siendo víctimas de explotación laboral. Entre las acciones más destacadas se encuentran los controles periódicos realizados por el equipo de infancia, que incluyen visitas a los lugares donde se concentra el trabajo infantil, como mercados, parques y vías públicas. Orozco Piedrahita señaló que, a lo largo de este año, han creado una ruta de atención para más de 30 casos formales, aunque reconoce que la cifra real en la ciudad es probablemente mucho mayor. «El trabajo infantil no solo es una cuestión de visibilidad, sino que hay muchos casos que ocurren de manera oculta, en lugares menos accesibles para las autoridades», comentó.

Si bien las rutas de atención y los controles han permitido la identificación de casos de trabajo infantil y la derivación de algunos de estos menores a programas de atención y protección, los desafíos persisten. Orozco Piedrahita destacó que el trabajo infantil en Neiva es un problema en constante evolución, y que los esfuerzos de prevención deben adaptarse continuamente a las nuevas realidades sociales y económicas. «Los controles están siendo efectivos, pero hay que tener en cuenta que este problema es dinámico. Los menores cambian de ubicación, las formas de trabajo se diversifican y, muchas veces, los adultos que emplean a estos niños se vuelven más astutos en su manera de ocultar estos abusos», señaló.

El contexto social y económico de la ciudad, con altos índices de informalidad laboral, también contribuye a que la erradicación del trabajo infantil sea una tarea compleja. «Es una lucha constante contra un sistema que, en muchos casos, no ofrece alternativas viables para las familias más vulnerables», agregó Orozco Piedrahita.

La «Cultura del Semáforo»: Un obstáculo adicional

Uno de los obstáculos que menciona Orozco Piedrahita es la denominada «cultura del semáforo», donde muchos niños y adolescentes son enviados a trabajar en los semáforos de las principales calles de Neiva, vendiendo productos como dulces, flores o accesorios. Este tipo de trabajo es especialmente riesgoso, ya que los menores están expuestos a accidentes de tráfico y, en muchos casos, son utilizados por los adultos que supervisan su labor. «La cultura del semáforo es un fenómeno cultural que se ha normalizado, y que muchos ven como una forma legítima de ganar dinero. Sin embargo, es necesario sensibilizar a la sociedad sobre los riesgos que representa para los menores», indicó el funcionario.

Este fenómeno se ha convertido en uno de los focos principales de intervención para la Secretaría de la Mujer, Infancia y Adolescencia, que trabaja de la mano con otras instituciones para buscar soluciones eficaces. «Es un desafío mayor, porque se trata de un comportamiento socialmente aceptado por muchas personas, lo que hace que la identificación de los casos no sea tan sencilla», afirmó el líder de infancia.

El funcionario también hizo un llamado a la conciencia colectiva para que la sociedad se involucre activamente en la erradicación del trabajo infantil. «Es fundamental que las personas comprendan que el trabajo infantil no solo afecta a los menores involucrados, sino que también limita el futuro de toda una generación», expresó. En este sentido, la participación de la comunidad en la denuncia de casos y el apoyo a iniciativas educativas y de protección es crucial para generar cambios significativos.

Además, se destacó que la época navideña representa un momento crítico, ya que muchos menores se ven más expuestos debido al incremento de actividades comerciales durante estas fechas. «En Navidad, el trabajo infantil aumenta, ya que muchos niños son utilizados para la venta de productos típicos de la temporada o para realizar tareas relacionadas con las celebraciones. Es un momento en el que debemos estar más atentos y redoblar nuestros esfuerzos», concluyó.

Un compromiso de largo plazo

El trabajo infantil en Neiva es una problemática compleja y multidimensional que requiere un enfoque integral y sostenido. A lo largo de este año, se han logrado avances, pero la lucha por erradicar este fenómeno sigue siendo un desafío constante. El compromiso de las autoridades, junto con el apoyo de la sociedad civil, es esencial para asegurar que los niños y adolescentes de Neiva tengan la oportunidad de crecer en un entorno seguro, alejado del trabajo y enfocado en su desarrollo educativo y personal.

Sin duda, es necesario seguir trabajando en la implementación de políticas públicas efectivas, pero también en la creación de una conciencia social que permita erradicar las prácticas que perpetúan el trabajo infantil, como la «cultura del semáforo» y la explotación laboral en el comercio informal. Con un enfoque colectivo, se espera que Neiva pueda avanzar hacia la construcción de un futuro en el que la niñez no se vea obligada a sacrificar su educación y bienestar por sobrevivir.

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