Con el derrumbe del puente sobre la quebrada Arenoso en la vía al sur, se han venido presentando unos trancones desesperantes en la salida y llegada a Neiva por la vía alterna por el Juncal. Son kilómetros de vehículos que esperan salir o llegar de la capital del departamento, que inclusive están generando dificultades en la movilización urbana de la ciudad por las avenidas que confluyen al puente del Tizón. Desafortunadamente el único culpable de esta situación es el clima que nos está afectando diariamente, el cual nos está pasando una factura de cobro muy alta, dadas las implicaciones que recaen directamente sobre el bienestar de las familias en general.
Lo afirmábamos en el editorial de la edición del fin de semana del Diario del Huila, cada vez que se presenta un aumento de las precipitaciones en la región surcolombiana, ocurren remociones en masa, daños de viviendas, cultivos y destrucción de la infraestructura que afecta la dinámica económica de la región. Podemos seguir analizando las reiteradas tragedias que se han presentado cuando llega el invierno a nuestros territorios. Desde que se presentó en la noche del pasado sábado 12 de marzo, una creciente inesperada en la quebrada Arenoso provocó el colapso del puente sobre la Ruta 45, incomunicando la principal arteria vial del surcolombiano, dejando paralizado el tránsito automotor por este viaducto, obligando a las autoridades viales para que se utilicen vías alternas.
La tortura para viajar a municipios cercanos a Neiva hacia el sur y occidente del departamento, se han incrementado en 3 horas aproximadamente. Es una tortura, que se ve incrementada con el desarrollo de las obras que se están adelantando por la Concesión de la ruta hacia el Tolima. Aunque estas obras son indispensables para el desarrollo del surcolombiano, debemos ser pacientes con las incomodidades que se están generando. Una vez definida la recuperación del puente, se espera que dicha infraestructura sirva para que sirva de manera definitiva para la ruta 45 y no estemos en el futuro a los vaivenes del clima y de la inestabilidad geológica que caracteriza a dicha zona. Con ello se contribuirá al desarrollo socio económico de la región surcolombiana. Es importante que se agilicen las obras para finiquitar su terminación de acuerdo con los cronogramas previamente establecidos, sin que se alteren, a pesar de la ocurrencia eventual de estos eventos naturales.
Los huilenses estamos pagando los platos rotos por la demora de más de siete años cuando se firmó la Concesión de la construcción de la Ruta 45, con la empresa irresponsable Aliadas por el Progreso que dejó abandonadas las obras y solamente se dedicaron a cobrar los peajes de los Cauchos y de Altamira, con la anuencia de los Organismos de Control y del gobierno nacional.