En el reciente Foro Económico Mundial en Davos, el presidente Gustavo Petro anunció la ambiciosa transición energética que pretende llevar a cabo en Colombia, eliminando los contratos de exploración y producción de hidrocarburos. A pesar de la noble intención de descarbonizar la producción de energía, la falta de una visión clara y detallada sobre la implementación de esta transición ha levantado preocupaciones en el ámbito financiero del país.
El presidente de Mompos Oil Company, Mario Zamora, destacó la necesidad de una planificación más precisa por parte del Gobierno Nacional. «El gobierno habla de una transición energética, pero aún no hay claridad sobre cómo se va a realizar, su planificación o estrategia para el reemplazo de los hidrocarburos, tanto en las finanzas como en el desarrollo de la industria», señaló Zamora.
Aunque la transición energética no es un tema nuevo en Colombia y ya se venía discutiendo desde el gobierno anterior, la propuesta de Petro ha elevado la preocupación en el sector empresarial. Para alcanzar las metas de reducción del 50% de las emisiones de CO2 para el año 2030, se plantea la sustitución total del transporte por vehículos eléctricos, eliminación del carbón en las industrias y reemplazo del gas en las viviendas por hidrógeno.
Sin embargo, la sustitución del transporte por vehículos eléctricos plantea desafíos logísticos significativos. Actualmente, Colombia cuenta con solo 173 estaciones de carga, mayoritariamente ubicadas en las grandes ciudades. La expansión de la infraestructura requerirá una inversión considerable, con incertidumbre sobre si el gobierno o la industria privada contarán con los recursos necesarios.
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El presidente de Mompos Oil Company resaltó la dependencia del país en un 75% de los hidrocarburos en el transporte multimodal. «Reemplazar el transporte por vehículos eléctricos exige una planificación minuciosa y suficientes recursos económicos que no se sabe con certeza si el gobierno o la industria privada cuenten con ellos», advirtió Zamora.
Aunque la medida busca proteger el medio ambiente, algunos expertos expresan su preocupación por los posibles impactos económicos. La falta de nuevos descubrimientos de hidrocarburos podría llevar a la disminución de la oferta nacional, aumentando la dependencia de importaciones y afectando las finanzas del país.
En este contexto, surge el debate sobre la necesidad de equilibrar la protección ambiental con una planificación más objetiva y consciente de las implicaciones económicas. Mientras el país avanza hacia un futuro más sostenible, la incertidumbre financiera plantea interrogantes sobre la viabilidad y la prudencia de la transición energética propuesta por el gobierno.
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