Aníbal Charry González
El Padre Camilo Torres acuñó una frase lapidaria que constituyó en su momento el fundamento ideológico para justificar la insurgencia armada y el abstencionismo, y la actitud de muchas generaciones de colombianos para cuestionar el contaminado sistema político electoral que nos rige, que ha impedido que tengamos elecciones limpias y transparentes que expresen la libre voluntad del pueblo para elegir gobernantes y miembros de corporaciones públicas, y por supuesto un mejor destino para nuestro descaecido país.
Y si bien no podemos afirmar rotundamente en estos tiempos que corren que sigue vigente literalmente la frase del Padre Camilo por la intervención de otros actores estatales en los escrutinios, sí podemos sostener que la situación en esta materia mantiene su vigencia, empeorada de la mano de la omnipresente corrupción producto de un sistema político electoral podrido hasta sus cimientos, que hace posible que la elección de gobernantes de todo nivel y miembros de corporaciones públicas sea un verdadero asco que irradia su pestilencia en el asalto al tesoro público y en la elección de los funcionarios que les corresponde ejercer control político y vigilar la transparencia en el obrar de los que gobiernan, al punto que podemos afirmar cambiando la frase del Padre Camilo en estos tiempos que la corrupción es literalmente la que elige con toda su carga de podredumbre nacional.
Por eso podemos sostener ahora para desgracia nacional que en materia de elección de funcionarios para que ejerzan vigilancia y control sobre los gobernantes elegidos, como personeros y contralores, que el que hace este ejercicio que debía ser transparente en beneficio de la sociedad, de hacer el concurso de méritos para seleccionar los mejores convertido en farsa, no es el que realmente los elige sino quien los entrevista como ha ocurrido con la elección de personero de Neiva, que tuvo que ser suspendida producto del enjambre de reclamaciones y tutelas de siempre pidiendo transparencia inútilmente, cuando se sabe que como consecuencia de ese sistema político electoral podrido que tenemos fundamentado en financiaciones espurias de campaña donde todo se negocia, lo único que no puede haber es transparencia en la elección de esta clase de funcionarios y así el concurso de méritos rubricado por el mismo tribunal celestial de nada servirá, porque los entrevistadores de las contaminadas corporaciones públicas lo volverán trizas para amañar la elección a sus torcidos intereses electorales como siempre se ha visto, de la mano del gobernante de turno que manipula la elección.
Y aquí en Neiva está demostrado que no se paran en pelos los concejales para acudir a la más grotesca corrupción para elegir esta clase de funcionarios como ocurrió hace 8 años, que quedó en total impunidad por la desidia y complicidad de los organismos de control para sancionar esta clase de fechorías, haciendo que se arraigue el vicio corruptor de elegir siempre a los candidatos de la politiquería, y no a los que hagan verdadero control limpio e independiente al manejo del tesoro público. Por eso la transparencia en la materia será imposible mientras tengamos este podrido sistema electoral.