DIARIO DEL HUILA, ECONOMÍA
Por: Rolando Monje Gómez
Desincentivar el consumo y mayores costos de los créditos, entre los efectos del aumento de la tasa de interés. En los créditos a corto plazo, y en los corporativos, la transmisión de tasas se verá de manera más rápida. Los factores que llevaron a la junta a tomar esta decisión tienen que ver con la rapidez en el crecimiento de la inflación. La subida de las tasas de interés tiene la intención teórica de hacer un poco más escaso el dinero y de encarecer los créditos.
La junta directiva del Banco de la República, tomó la decisión de elevar sus tasas de interés quedando en 4%, cuando en diciembre se encontraba en 3%, determinación encaminada a cerrarle el paso a la inflación. Un incremento de esta forma no se experimentaba, por lo menos, desde hace una década.
La decisión del Banco emisor, así suene para el común de la gente como un tema lejano, tiene sus efectos en la economía diaria de las personas, que conllevarán al encarecimiento de los créditos y la disminución del consumo. El principal efecto que se busca es frenar las alzas de los precios de la canasta familiar, que el año pasado se incrementaron en 5,62 por ciento, el ritmo más alto de los últimos cinco años.
Los factores que llevaron a la junta a tomar esta decisión tienen que ver con la rapidez en el crecimiento de la inflación, que cerró 2021 en 5,62 %, cuando a diciembre del año anterior ésta se había ubicado en 1,61 %, cerrando el año con una variación mensual 30 puntos básicos por encima de las propias proyecciones de la entidad. La medida, es parte de uno de sus objetivos, como lo es mantener controlada la inflación, hoy por fuera del rango meta que va del 2 al 4 por ciento, así como las expectativas de un mayor aumento en este indicador de la variación de los precios al consumidor.
Según estimaciones del Banco, la economía colombiana cerrará 2021 con una expansión cercana a 10 %, con este crecimiento, el PIB de 2021 superaría en niveles al de 2019 y los excesos de capacidad estarían por cerrarse. Esto es clave porque, lo que la entidad quiere decir es que estima que la economía nacional está cerca de volver a producir a toda su capacidad, lo que resulta importante porque más allá de ese umbral técnico se estaría hablando de un recalentamiento, algo que resulta tan poco deseable como que no haya crecimiento económico.
Otra consecuencia que se generaría sería el aumento de los costos de los créditos. Los bancos comerciales empezarán a cobrar más por prestar dinero, pues la tasa del Banco emisor es el punto de referencia para las tasas de interés que ofrece el mercado. En los créditos que son más de corto plazo, y los corporativos, la transmisión de tasas se dará de manera más rápida, en los créditos de largo plazo, como los de libre inversión, de vehículo o hipotecario, la transmisión de las tasas será más lenta y se daría en un plazo de 12 a 18 meses.
Según el Ministerio de Hacienda, en el caso de las decisiones que se han tomado desde que comenzó la normalización de la política monetaria, en octubre de 2021 hasta el 20 de diciembre, (fecha de inicio de la vigencia de las decisiones), de 125 puntos básicos (o 1,25 por ciento) se ha visto que en la cartera hipotecaria la transmisión ha sido de 35 puntos básicos (0,35 puntos porcentuales). En algunos otros tipos de crédito ha estado entre los 90 y 96 puntos básicos, y la situación puede tomar entre 6 y 8 meses, aproximadamente.
El incremento, sin embargo, depende del plazo de la compra y del tipo de crédito, ya que, según la Superintendencia Financiera, con corte al 21 de enero, las tasas de interés de tarjeta de crédito para plazos entre 2 y 6 meses oscilaron entre el 20,98% y 26,46%, en tanto que para consumos entre 7 y 12 meses el rango estuvo entre el 20,98 % y el 26,39%. El mantener controlada la inflación contribuye a largo plazo a reducir el costo de los créditos de vivienda en UVR, cuya variación está ligada al índice de precios al consumidor (IPC).
Un tercer efecto sería el desincentivo al consumo de los hogares, por el aumento en el costo del dinero. Las mayores tasas de interés provocan una moderación en la dinámica del consumo y fomentan una mayor propensión al ahorro en la economía.
Un panorama similar se presentaría en el caso de la inversión de las empresas y de la recuperación del mercado laboral. Con el repunte de tasas y el aumento en el costo de financiamiento, la inversión va a enfrentar el reto de poder recuperarse en un contexto más retador, lo mismo sucede con el empleo. La normalización monetaria también tendría un efecto sobre la rentabilidad de los activos, pues si la tasa de referencia está más alta, los inversionistas también buscarán recibir mejores rendimientos.
Un aumento en las tasas de interés, por parte del Banco de la República, hacia tasas de largo plazo puede ayudar de alguna manera a estimular la inversión en papeles, o la inversión de portafolio de algunos inversionistas internacionales, que pueden ver más atractivo el riesgo retorno en términos de la entrada de capitales a Colombia. En ese sentido, la medida puede ayudar a que no se deprecie tanto la moneda o a que se aprecie en el futuro.
Se escuchan voces
La Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) criticó de manera fuerte a la entidad por la subida de la tasa interbancaria. Señaló que la decisión luce demasiado drástica para una economía que está intentando recuperarse, para un país para el cual la reactivación económica y la generación de nuevos empleos tienen que ser prioritaria en la agenda.
El gremio indicó que es claro que “traíamos varios años con tasas de desempleo altas que se vieron definitivamente agravadas a raíz de la crisis de la pandemia del Covid y que se están recuperando en este momento, pero que todavía están lejos de ser o de estar en los niveles deseables. Hemos llamado la atención del mercado en el sentido de que la inflación que estamos viviendo hoy en día en Colombia es especialmente una inflación importada, en el sentido que los precios internacionales se han crecido como resultado de la escasez de materias primas y la crisis logística”.
En el caso colombiano, tenemos el efecto de la tasa de cambio. Por lo que, muy seguramente no va a ser suficiente el efecto de tasa de interés a menos que se logre bajar suficientemente la demanda lo que no sería deseable en este momento. Continúa la Andi diciendo que “lo único peor que la inflación sería una ‘estanflación’. En ese orden de ideas hacemos un llamado al Banco de la República para que mantenga dentro de sus objetivos el crecimiento, la reactivación y la generación de nuevos empleos”.
Las tasas de interés
La subida de las tasas de interés tiene la intención teórica de hacer un poco más escaso el dinero y de encarecer los créditos y estos elementos tienen la posibilidad de influir en las decisiones de consumo de las personas: si el crédito se encarece mejor no endeudarse. Entre otros factores, es por este papel que las tasas de interés terminan siendo claves para toda la economía: si el Banco emisor sube su tasa de interés, los demás bancos verán una presión financiera para prestarle a los ciudadanos y empresas a mayores tasas también.
Estas decisiones pueden ponerle un freno a la demanda, lo que a su vez puede terminar bajando los precios de algunos bienes y, por ese camino, empujar hacia abajo la inflación. Una inflación de 5,62 % indica, entonces, que el indicador está lejos de ser considerado como saludable y por eso debe bajar y para eso están las tasas.
Si bien el alza de tasas de interés busca contener la inflación, la decisión también tendrá consecuencias en diferentes segmentos de la economía colombiana.