El Rincón de Diana
Por Diana Montes
El artículo 103 y 108 de la Constitución Política Colombiana, la Ley 130 y 131 de 1994 y la resolución 0674 del 31 de enero del 2023 del Consejo Nacional Electoral garantizan ampliamente el ejercicio de la democracia en el país y establecen sus límites. Sin embargo, la realidad nos muestra que existen limitaciones que atentan contra la esencia misma de la vida democrática, especialmente cuando el pueblo busca elegir candidatos independientes, fuera de las filas de los partidos políticos establecidos. Estas limitaciones, en lugar de fomentar la participación ciudadana, parecen proteger a los partidos como fortalezas que obstaculizan la libre expresión de los intereses del pueblo.
Es preocupante que los requisitos impuestos a los candidatos independientes sean excesivamente onerosos. La obligación de recolectar un alto número de firmas para legalizar su postulación y, además, suscribir una póliza de seriedad de candidaturas, imponiendo cargas financieras que superan la capacidad económica de muchos aspirantes y además, no devuelven ese dinero al final de la campaña, plantea un verdadero desafío para aquellos líderes comunitarios que buscan representar los intereses de la ciudadanía sin estar vinculados a los partidos políticos tradicionales.
Estas disposiciones legislativas coartan la vida democrática de nuestra Nación al restringir el acceso de candidatos independientes a la contienda electoral. Limitar las aspiraciones de líderes comunitarios que desean servir a la sociedad de manera independiente es un atentado a la diversidad y pluralidad de voces en la arena política. La democracia necesita nutrirse de nuevas ideas y perspectivas que representen genuinamente los intereses de los ciudadanos, y eso solo puede lograrse si se eliminan los obstáculos que impiden la participación equitativa de todos. ¿O acaso el derecho a ser elegido sólo está restringido a quienes militan en un partido político establecido, o a quienes tienen el dinero suficiente para pagar tan altas pólizas?
La democracia no debería estar supeditada a intereses partidistas ni a la capacidad financiera de sus protagonistas, sino que debe ser una plataforma para que la voz del pueblo sea escuchada y atendida. La imposición de requisitos desproporcionados para los candidatos independientes crea un desequilibrio en la competencia electoral y socava la legitimidad del proceso democrático.
Para fortalecer nuestra querida Colombia y proteger la esencia misma de la democracia, es imprescindible que se promueva una legislación que facilite la participación de candidatos independientes. ¿Será que en el gobierno del cambio este cambio se va a producir, o las cosas van a seguir igual que siempre?
