El primer artículo sobre los petroglifos encontrados en la vereda El Tambillo fue escrito en la década de 1980 por Luis Humberto Alvarado, profesor de Lingüista y filólogo, así como exrector de la Universidad Surcolombiana. El petroglifo es un grabado en piedra, una forma de expresión artística y comunicativa utilizada por las antiguas comunidades indígenas, quienes tallaban rocas para plasmar mensajes. En contraste, la pintura rupestre consistía en la utilización de pigmentos extraídos de plantas.
Los primeros hallazgos
Luis Humberto Alvarado rememora que la primera vez que visitaron El Tambillo, solo existía un camino angosto que los llevaba a la estrella hídrica de la Siberia, y más abajo, en un predio llamado El Vergel, encontraron por primera vez petroglifos que les parecieron fascinantes. En 1984, Alvarado regresó al Tambillo con un grupo de 15 personas, entre ellas su amigo Antonio Puentes, para realizar un nuevo recorrido. En esa ocasión, descubrieron 18 petroglifos y posteriormente otros 14, todos registrados por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia.
Ya en 1993, siendo rector de la Universidad Surcolombiana, Alvarado decidió escribir un artículo para llamar la atención sobre estos hallazgos arqueológicos. «Para muchos, esto parecía algo común, pero para mí era extraordinario», comentó. Este escrito fue condensado en otro titulado «Los petroglifos del Tambillo y otros sitios de interés en Rivera».
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Nuevos descubrimientos
Durante una reciente visita a El Tambillo, se reveló que la comunidad ha descubierto más petroglifos, así como material paleontológico, incluyendo piedras talladas, ollas y cerámicas. Un propietario de un predio en la zona afirmó que podrían existir cerca de 200 petroglifos en su terreno, mientras que otro reportó más de 150 en su finca. Según Alvarado, podría haber hasta 500 petroglifos en total, ya que queda mucho por explorar. Además, se han encontrado túneles con salas especiales donde podrían hallarse piezas de cerámica.
El exrector subrayó la importancia de que tanto organismos nacionales como internacionales se interesen por esta parte de la historia que yace en el municipio de Rivera. No obstante, destacó que los petroglifos encontrados aún no han sido descifrados debido a su complejidad. «Los petroglifos son letreros o anuncios, una escritura ideográfica en la que cada símbolo representa una idea, similar a las inscripciones del antiguo idioma chino», explicó. Según Alvarado, estos petroglifos podrían proporcionar información sobre la ubicación de las comunidades, sus actividades, la organización familiar, y sus deidades, aunque estas interpretaciones son en gran medida especulativas.
Inscripciones similares en Brasil
Recientemente, el profesor tuvo contacto con un líder indígena de Brasil que habla el idioma cubeo, quien le pidió que leyera un libro sobre su cultura. Según el profesor, este texto podría ofrecer claves para entender los petroglifos de El Tambillo, ya que en Brasil también se han encontrado numerosas inscripciones similares. El Ministerio de Cultura ha anunciado que publicará este libro, y su lanzamiento está previsto para septiembre durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP-16), que se celebrará en la ciudad de Cali.
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El renacer del interés comunitario
Bladimir Sánchez, asesor de Cultura del municipio de Rivera, señaló que hace unos diez años, algunos campesinos encontraron más piedras con inscripciones, lo que despertó un nuevo interés en la comunidad por investigar estos hallazgos. Durante la pandemia de COVID-19, cuando las restricciones de movilidad eran estrictas, algunos residentes locales empezaron a visitar el lugar como una forma de escapar del encierro, lo que fomentó el desarrollo de un turismo comunitario en la zona, construyendo una relación con los petroglifos y la cerámica encontrada para proteger y salvaguardar el patrimonio.
Según Bladimir durante la Pandemia del Covid-19, que la gente no podía salir de sus casas, algunos iban al lugar para salir del encierro, la carretera no estaba bien definida y los campesinos se dieron cuenta que los expedicionarios consumían alimentos, necesitan hospedaje, y así empieza a desarrollarse un turismo rural y comunitario.
Sánchez, mencionó que aún queda mucho por descubrir y que, hasta el momento, solo se ha identificado entre el 10% y el 20% de los petroglifos que podrían existir. Por esta razón, se ha decidido llevar a cabo un estudio exhaustivo en colaboración con la Alcaldía de Rivera, el programa de Antropología de la Universidad Surcolombiana y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Durante la construcción de una carretera hacia El Tambillo, se encontraron numerosos artefactos arqueológicos, los cuales se han conservado con la intención de exhibirlos en un futuro museo.
“Los campesinos en sus labores diarias al excavar haciendo huecos para construir cercos y sembrar el café van encontrando cerámicas, vasijas, ollas. En el momento de construir la carretera para ir al Tambillo, la maquinaria termina estropeando un camino que tenían los indígenas, y aparece muchos artefactos arqueológicos que fueron rescatados y protegidos por la comunidad para construir un museo comunitario”, dijo Bladimir.
Preservando la historia
Esta alianza permitirá comprender mejor los procesos históricos y conocer a las comunidades que habitaron la región hace entre 1000 y 1500 años, así como su tecnología y conexiones con otras culturas. Sánchez comentó que se está planificando la construcción de un museo, solicitado por la comunidad, para que los turistas no solo puedan observar las rocas, sino también comprender la cultura, la lengua y la cosmovisión de quienes vivieron en la zona. «Muchos turistas no solo vienen a observar una roca, sino a entender qué hacían, cuál era su lengua, su cosmovisión, y para eso necesitamos expertos», afirmó.
De acuerdo con las investigaciones realizadas hasta la fecha, han surgido narrativas que los guías turísticos han incorporado en sus recorridos. Algunos expertos sugieren que este arte pictórico podría pertenecer a la comunidad indígena Los Tamas, aunque existe la posibilidad de que se trate de otra cultura, ya que se sabe que los mencionados, no utilizaban la escritura.
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Los Petroglifos de «El Tambillo»
Los petroglifos de El Tambillo, situados a unos 12 kilómetros al este del municipio de Rivera, son comúnmente asociados con las culturas aborígenes mencionadas durante la época de la conquista y la colonia. Sin embargo, según los cronistas de esas épocas, estas culturas eran ágrafas y transmitían su conocimiento y tradición de forma oral y visual. Hasta ahora, no se han encontrado documentos escritos de los Protoandaquies, Andaquíes, Pijaos, Páez, Tamas o Coreguajes.
Estos petroglifos fueron esculpidos en roca granítica por una civilización desconocida, que tampoco fue conocida por los antepasados de hace un milenio. Habitaron principalmente la Cordillera Oriental, conocida como Inti por la civilización incaica. Es posible encontrar petroglifos a lo largo de la Cordillera Oriental y del río Magdalena en lugares como Aipe, Palermo (Betania), Rivera, Agrado, Suaza, Elías y San Agustín. Lamentablemente, aún no se han interpretado estos ideogramas, los cuales podrían ofrecer información valiosa sobre el origen de esta civilización, que pudo haber tenido una conexión directa con la cultura megalítica septentrional andina.
Finalmente, cabe destacar que la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS) seleccionó el sitio de El Tambillo, ubicado en el municipio de Villavieja, como uno de los más importantes del mundo debido a su riqueza paleontológica, que data del periodo geológico ‘Mioceno Medio’. Este lugar no solo proporciona datos clave sobre la historia de la Tierra y la evolución de la vida, sino que también podría ofrecer pistas fundamentales para comprender el cambio climático global.
