Juan Camilo Restrepo
Me pareció extremadamente desatinado el anuncio del presidente Duque de que la vacuna contra el coronavirus no se suministrará a los venezolanos que no estén regularizados en Colombia o que no cuenten con doble nacionalidad. Es una declaración que revela una inmensa improvisación.
La literatura siempre ha señalado la omisión de vacunación frente a las enfermedades infecciosas como el caso típico de “externalidades negativas”, es decir, aquellas circunstancias en las no actuar de manera generalizada acarrean efectos negativos sobre el conjunto de la población. Por eso las campañas de vacunación contra las enfermedades infecciosas suelen ser siempre universales. Porque dejar de vacunar a algunos puede traer efectos negativos por el efecto contagio sobre muchos.
Y esto es justamente lo que podría suceder con el atolondrado anuncio presidencial. Se calcula que en Colombia puede haber 1.700.000 venezolanos. La mayoría de ellos sin doble nacionalidad y sin tener una situación regularizada en nuestro país. ¿Entonces qué? ¿No se les va a vacunar? La inmensa mayoría de ellos están viviendo en situaciones precarias, muchos han tenido que convertirse en habitantes de calle. Entonces al no vacunarlos (y tratándose de una enfermedad altamente infecciosa como es el coronavirus) su infección expondría al resto de la población colombiana a un vector de transmisión de inmensas proporciones. El caso típico de externalidad negativa.
Nos guste o no, los venezolanos -lo mismo que todos los habitantes de calle- deberán recibir no solo la vacuna. Su condición de vida precaria los hace especialmente vulnerables a infectarse y a infectar a los demás.
Este tipo de anuncios sobre salubridad pública y uso de las vacunas, como el que hizo el presidente Duque a la cadena Blu Radio, no dejan de tener un inconsciente tinte de xenofóbico y en todo caso de asombrosa improvisación.
¿Se imaginan ustedes lo que sucedería si el régimen de Maduro en retaliación a estas declaraciones presidenciales dijera (y cualquier cosa se puede esperar de Maduro) que la vacuna no se suministrará en Venezuela a aquellos de origen colombiano?
Es muy peligroso jugar abierta o veladamente en estos asuntos de salud pública a la política. Hago algunas preguntas adicionales para demostrar lo improvisado de estas declaraciones:
¿Sabe el Estado colombiano cuántos y quienes del millón setecientos mil venezolanos que han encontrado abrigo en nuestra patria no tienen doble nacionalidad o no tienen regularizada su situación? Y si no lo sabe ¿cómo va a distinguir entre los que califican para la vacuna y los que no en virtud del ukase presidencial?
¿Van a ir las autoridades municipales o de salud pública, lista en mano, a pasar revista a los habitantes de calle cuando llegue el turno de la vacunación masiva a ver cuáles son los venezolanos irregulares o que no tienen la doble nacionalidad para negarles la vacuna? Esta sola hipótesis muestra lo descabellado del anuncio presidencial.
Si: es una verdadera tragedia para Colombia esta inmensa cantidad de venezolanos que huyendo a la dictadura del régimen de Maduro y de las carencias de todo orden que en el vecino país se viven han tenido que buscar refugio en nuestra patria. Pero no es negándole a la mayoría de ellos la esperada vacuna como vamos a resolver este grave problema. Por el contrario: lo que haríamos es agravarlo.
PD: La operación de distribuir y aplicar eficientemente la vacuna en las cinco fases que el Gobierno ha anunciado, a partir del mes de febrero del año entrante, es, desde el punto de vista logístico, el mayor reto que tiene Colombia entre manos. Ojalá las cosas salgan bien. Es algo tan complejo administrativamente que requerirá muchos menos anuncios y mucha más gerencia y coordinación.