Alfredo Vargas Ortiz
Orgullosamente Abogado y Docente U. Surcolombiana
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Doctor en Derecho U. Nacional de Colombia
Nos han contado muchas cosas sobre China, la mayoría malas, como que comen perro, que todo lo que hacen es de mala calidad, etc. Pero definitivamente una cosa es hablar de China y otra muy distinta es ver con tus propios ojos lo que China ha logrado en los últimos 40 años.
En el 2018 viajé como Secretario de Educación con el Doctor Rodrigo Lara, Alcalde de Neiva, y con el Decano de Educación Leonardo Herrera a la ciudad de Xi’an, la enigmática ciudad de los guerreros de terracota. El propósito era firmar varios convenios: el primero para ser ciudad hermana con Xi’an y los otros con la Universidad de Estudios Internacionales de Xi’an y con la Universidad de Xi’an. El viaje fue muy largo, casi 24 horas, con las intermitencias en los aeropuertos que nos llevarían a Pekín y luego a Xi’an.
Lo que vi de ahí en adelante es simplemente sorprendente. Calles perfectas, señalizadas y los edificios y sitios turísticos muy bien organizados. La ciudad de Xi’an recibe más de 10 millones de turistas al año.
Ni qué decir de las universidades de Xi’an y de la Universidad de Estudios Internacionales de Xi’an, cuyas instalaciones son envidiables. Y una cosa muy curiosa: uno no se encuentra a los estudiantes en horarios de estudio porque los mismos están estudiando. Además, tienen un lector de huellas para entrar al salón y allí se registra la hora de entrada y de salida del estudiante y del profesor. Ellos tienen que estar durante el semestre viviendo literalmente en la universidad y solo pueden salir dos veces al año.
Me pareció muy curioso que en una de las reuniones en las que nuestro alcalde Lara, que sabe inglés, quería hacer la presentación en este idioma, los chinos le dijeron que tranquilo, que ellos entendían y hablaban español. Créanme que me sentí tranquilo con ello, pues mis limitaciones con el inglés son un estrés en estos viajes.
Luego visitamos el puerto seco de Xi’an, donde inicia la Ruta de la Seda y en la que tienen perfectamente organizados todos los productos que importan al mundo. Nos lo muestran en tiempo real en un tablero de 5 metros de alto por 10 de ancho. Entramos a una tienda de ropa deportiva en este puerto, donde encontramos unas fichas con las fotos de James Rodríguez, lo cual nos despertó el sentimiento patrio. Los precios eran elevadísimos y, como en Colombia, éramos solo la familia Miranda.
Lo más sorprendente de nuestra visita es definitivamente el museo de los guerreros de terracota, que son llamados así por el material con el que fueron hechos. Son figuras humanas en dimensiones reales, todas con expresiones faciales impresionantes y diferentes.
De China me quedó una visión muy distinta de la que tenía. Es un país moderno que no desprecia sus más de 5000 años de historia, que tiene claro hacia dónde va, y cuyos líderes que llevan su destino son ejemplares en sacar a su país de la pobreza y enrutarlos por el desarrollo.