Diario del Huila

Una década de “Mujeres al verso” huilense

Abr 16, 2023

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En Neiva fueron conmemorados los 10 años del libro ‘Mujeres al Verso’, una antología de poetas huilenses.

DIARIO DEL HUILA, NEIVA

Por: Martha Cecilia Andrade Calderón

Hace 10 años (abril 2013) bajo la mirada de un Ave huilense, de la artista plástica Luz Marina Barrios, se publicó el poemario Mujeres al verso “Antología de diez mujeres poetas del Huila”, selección que en algunos círculos ha sido banalizado, en otros valorado y en muy pocos exaltado; bueno, los objetivos no eran esos; simplemente era presentar voces poéticas que ocultas -la mayoría-, tímidas otras, desconocidas y pocas reconocidas ya como escritoras, se juntaron bajo la editorial Kreo editores y bajo la logística de la gestora,  Ana P. Collazos, líder y motor de la cultura en Neiva, se agruparon para dar a conocer no solo su arte poético, sino sus voces, inquietudes y tonalidades líricas en cinco poemas que de una u otra forma muestran voces féminas poco escuchadas ni registradas en el canon de la literatura huilense.

Así, cada una de ellas en su apartado ofreció su arte poética y cinco poemas en concierto de diez voces disimiles, para decir simplemente, aquí en esta tierra de promisión, también hay mujeres de letras que escriben, sueñan, proyectan y se acunan en versos, dando cuenta en últimas de sus sentimientos. ¡Por ellos, es que existe la POESÍA!

De esta manera se concentraron bajo el nombre de “Colectivo de Mujeres (2013)”, las poetas, Yohana Rivera Mera, Yineth Angulo Cuéllar, Nancy Vargas Zamora, Martha Cecilia Cedeño, María Elena Rivera, Amparo Andrade, Luz Marina Barrios Acosta, Luz Dary Torres Peña, Ana Patricia Collazos, Loaiza y esta voz asincrónica que las quiso acompañar, aunque no vivía en el terruño. ¡Pero creí y sigo creyendo en este proyecto!

El poemario bellamente presenta Myriam Oviedo Córdoba y expresa: “Este bello texto, tejido entre tardes de sol, amaneceres cargados de esperanza y nostalgia, nos revela jirones del alma…”, “hacen de ella un artilugio maravilloso para mostrarnos sus visiones de sí, del mundo de los otros”,  “ estas mujeres nos toman el alma, nos conducen por las rutas de nuevas e inacabadas sensibilidades para mostrarnos las tonalidades de la vida, las texturas del ser”, “Nos muestran complejidades de las almas humanas, nuestros laberintos iluminados por una nueva luz”, “ nos hace recordar que no estamos solos y nos confirma que la palabra acerca, rompe muros de la indiferencia y que gracias a ella y con ella siempre es posible transformarnos”.  Creo que estas imágenes de la docente investigadora de la USCO dan cuenta de lo que incitan los versos de la colección. ¡Anímense todavía lo pueden leer!

Y para no ser narcisista en la lectura del libro, me permito retomar algunas apreciaciones del Maestro Guebely, quien en su momento escribió en su columna: el poemario es un

 “Espacio donde resplandece la patria perdida que para Yineth Angulo ‘Era luz, color, textura, olor, aroma, magia, vuelo, misterio, noche y estrella y luna.’ Y para Martha Cecilia Andrade: ‘el aroma de una rosa’, ‘el verdor de las montañas’ que no entendía, el fríjol creciendo en un frasco. Sin marginar el descenso al desfalco, a los días de cuerpo sin vida. ‘Hay descenso de guitarras en el aire / cuerdas que mueren en forma de orquídeas…’ metaforiza Luz Dary Torres en poesía inteligente y creativa. Más conmovida y desolada, Martha Cedeño grita al mundo que vivimos ‘…un tiempo de andamios rotos’ donde ‘El cuerpo se fragmenta / impotente / en las herrumbrosas noches…’. Y Nancy Vargas exclama como denuncia universal: ‘¡Qué incierto el destino que me tocó!’ Un tiempo en donde la vida no es más que una sombra… En esta enorme caída, el recurso de la poesía se torna vital. ‘Ahora, poesía es encuentro con lo sutil y profundo’ afirma María Elena Rivera. Yohana Rivera metaforiza con la imagen de la guitarra, ‘Desnuda hacia ti / suavemente me despliego, bailo, canto…’. Luz Marina Barrios se funde con la poesía ‘para conocer la esencia de las cosas creadas por las manos de los seres humanos…’. Amparo Andrade percibe un retorno a lo esencial: ‘por eso bailo y sueño poesía, la bebo y me alimento de su fuerza, contundencia infinita de la presencia en mí del universo’. Y Ana Patricia Collazos reconoce que ‘La poesía me ha hecho mejor ser humano’. Mejores aún sus versos: ‘Sólo seré fuego / al delicado contacto / con la incendiaria poesía’. 

Afirma el maestro-escritor: “Diez voces femeninas que revelan el otro lado del alma humana. Zona sin la cual no es posible construir la plenitud del ser humano como lo señalaba Rimbaud. Sin la cual apenas somos ridículos fragmentos en los caprichos de los funestos poderosos, a quienes el poemario ayudaría a comprender su monstruoso deterioro social y humano”.

Así el poemario poco a poco ha recorrido diez años, en lecturas regionales, encuentros nacionales e internacionales. Se ha velado en estrados académicos, especializados, auditorios artísticos. Pero también en espacios populares, en las calles, en las plazas de los pueblos, los cafés bohemios y eventos culturales, entre otros. ¡Maravilla, el libro ha gozado de infinitud de escuchas que marginalmente le aplauden! ¡Tocaría sacar otra edición!

Y sí de balance se trata, hay que pensar en la vasta producción escritural que han tenido las protagonistas de la antología durante esta década. Cada una y desde su discurso escritural y lírico ha publicado poemarios personales maravillosos que abrigan por ejemplo, en Barcelona la antropóloga Martha C. Cedeño; en Colombia, la antología completa de versos de  Luz Dary Torres Peña, los poemas-cantos de Ana Patricia Collazos que recorren el país y el exterior;  los versos y voces en libros, revistas periódicos y separatas, encuentros nacionales e internacionales de Yohana Rivera Mera, Yineth Angulo Cuéllar, Nancy Vargas Zamora, María Elena Rivera, Amparo Andrade, Luz Marina Barrios Acosta y quien les escribe.

Por todo lo anterior, me siento honrada hoy de hacer esta semblanza, ser la voz que contiene el eco de mis nueve compañeras de versos que quisimos unirnos hace diez años para que de manera polifónica también tuviéramos presencia en la literatura, que debe ser una sola; en donde junto con las voces de los compañeros y comunidades del LGTBIQ+ conformemos un solo canon, el de las actuales letras huilenses.

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