Durante un evento del Centro Democrático celebrado en la ciudad de Bogotá, el ex presidente Álvaro Uribe defendió a Gustavo Petro, líder de la oposición y uno de sus mayores críticos políticos, de las críticas de un uribista presente en la reunión.
En medio de un acalorado debate sobre el futuro del país y la polarización política que lo atraviesa, un miembro del público arremetió contra Petro, acusándolo de ser un comunista y un peligro para la democracia. Fue entonces cuando Uribe intervino para calmar los ánimos y defender a Petro, asegurando que, aunque no comparte muchas de sus ideas políticas, reconoce su derecho a participar en la vida pública y aportar al debate nacional.
La intervención de Uribe sorprendió a muchos de los presentes en el evento, quienes esperaban una confrontación directa entre los dos líderes políticos. Sin embargo, el gesto fue ampliamente aplaudido y visto como un ejemplo de diálogo y tolerancia política en un momento en el que la confrontación y la polarización parecen ser la norma en la escena pública colombiana.
